El Gobierno afgano trata de movilizar a los votantes ante la "intimidación masiva" de los talibanes
- Las fuerzas de seguridad observarán un alto el fuego en las elecciones presidenciales
- Tras el atentado cometido en Kabul este sábado, el Gobierno intenta trasmitir tranquilidad
- Los insurgentes, mientras tanto, han amenazado con atacar los colegios electorales
Al día siguiente del atentado suicida cometido ante el cuartel general de la OTAN en Kabul, el Gobierno afgano ha intentado trasladar un mensaje de tranquilidad a la población para que la participación en las elecciones presidenciales del próximo jueves no se resienta ante la esperada campaña de "intimidación masiva" de los insurgentes talibanes.
El ministro afgano de Defensa, Abdul Rahim Wardak, su colega de Interior, Mohammad Hanif Atmar, y el jefe de los servicios secretos afganos, Amrullah Saleh, han comparecido en una rueda de prensa para calmar los ánimos y anunciar que las fuerzas de seguridad observarán un alto el fuego el 20 de agosto.
Warzak ha explicado que se establecerá una triple red de seguridad, compuesta por la Policía, el Ejército afgano y la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN para el día de las elecciones. Las tropas afganas, en cualquier caso, se abstendrán de desarrollar operaciones ofensivas, aunque responderán cualquier posible ataque de los talibanes, que han llamado a la población a boicotear el proceso.
Amenazas talibanes
"Decir que habrá completa paz sería difícil, pero debemos estar preparados para cada eventualidad", ha admitido el ministro de Defensa, prometiendo "trabajar duro" para asegurar el proceso.
La comisión electoral ha dispuesto 6.500 centros electorales, 400 más que en el año 2004, pero existe el temor de que los insurgentes, presentes sobre todo en el sur y el este del país, perpetren ataques y atentados para impedir la celebración de las elecciones.
De hecho, los talibanes, que han recrudecido sus ataques a medida que se acercan los comicios, han amenazado este domingo por primera vez con atentar contra los colegios electorales: "Utilizaremos nuevas tácticas centradas en las oficinas de votación", rezan los pasquines distribuidos por los insurgentes, "cualquiera que sea herido dentro o en los alrededores de los centros de votación será el único responsable, ya que habrá sido avisado con antelación".
"Intimidación masiva"
Desde el Gobierno, el titular de Interior ha revelado que las fuerzas de seguridad han desbaratado 62 intentos de atentado en los últimos seis meses y ha garantizado la implicación de la Policía en los comicios hasta donde lleguen sus capacidades.
"Desplegaremos todos nuestros recursos para proteger a nuestra gente. Pero sabemos con seguridad que los enemigos de Afganistán harán lo mismo para herirlos", ha comentado. En ese sentido, Atmar ha reconocido que no puede asegurar al cien por cien la seguridad de las votaciones.
"Sabemos -añadió Atmar- de que los talibanes recurrirán a la intimidación masiva, atentados terroristas, bombas suicidas y atacar los convoyes y las personas con material electoral".
Animar al voto
Frente a las previstas acciones insurgentes, el jefe de los servicios afganos de inteligencia (Directorio Nacional de Seguridad) ha señalado que su organización está tranjando para fomentar la participación y movilización de los votantes.
"Estamos acudiendo a los líderes de las tribus para que nos ayuden a movilizar a la gente. La prueba está en que ayer, en Helmand un candidato logró reunir una multitud en un acto sólo 24 horas después de un atentado suicida", ha destacado Amrullah Saleh, en referencia a un mítin del actual presidente, Hamid Karzai. "No se trata necesariamente de que apoyen a un candidato en particular, sino de que aumente la participación", ha subrayado.
Según las encuestas, el actual jefe del Estado cuenta con una amplia ventaja en estimación de voto sobre sus rivales, aunque con un porcentaje que no llega al 50% necesario para ser declarado presidente en la primera vuelta.