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El tribunal de Malasia que condenó a una mujer a ser azotada por beber cerveza suspende el castigo

  • La pena se revisará al considerarse "demasiado dura y desproporcionada con la falta"
  • La ley islámica no permite a los musulmanes el consumo de alcohol, razón del castigo
  • La mujer condenada se negaba a apelar la sentencia y pedía ser azotada en público

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Kartika, la mujer condenada a ser azotada en Malasia por beber cerveza
El tribunal islámico de Pahang (Malasia) ha suspendido la condena a Kartika, que iba a ser azotada por beber cerveza.

El tribunal islámico de Malasia que condenó a una modelo musulmana a ser azotada por beberse una cerveza ha suspendido de forma indefinida la aplicación del castigo.

La ministra para Asuntos de la Mujer, Familia y Desarrollo de la Comunidad, Shahrizat Abdul Jalil, ha declarado que el tribunal islámico del estado de Pahang ha decidido revisar la pena impuesta a Kartika Sari Dewi Shukarno al considerarla "demasiado dura y desproporcionada con la falta".

El primer ministro de Malasia, Najib Razak, ha pedido este martes a Kartika, madre de dos hijos, que apelara la sentencia en lugar de aceptarla. La modelo había pedido incluso ser azotada en público.

"Creo que las autoridades judiciales son sensibles a este problema y se dan cuenta de las implicaciones que acarrea este caso. La persona afectada debería apelar a las autoridades federales y no ser tan servicial como para aceptar el castigo", ha afirmado Razak.

La ley islámica prohÍbe a los musulmanes consumir alcohol

Hasta ahora, Kartika, de 32 años, se había negado a apelar contra la condena, que consiste en seis latigazos con una vara de ratán. El castigo iba a realizarse en aplicación la ley islámica o "sharia", que prohíbe a los musulmanes consumir alcohol.

Antes de anunciar que iba a revisar la sentencia, el tribunal ha indicado que el cumplimiento del castigo había quedado aplazado al menos hasta el final del Ramadán, que concluye el próximo mes de septiembre.

La decisión fue tomada este lunes a primera hora, después de que tres funcionarios acudieran a casa de Kartika para trasladarla a una prisión de Kuala Lampur para que recibiera allí los latigazos.

Kartika se iba a convertir en la primera mujer en recibir un castigo de este tipo en Malasia, país en el que la religión mayoritaria es la musulmana y cuyo Gobierno pretende transmitir una imagen internacional de moderación.