Japón vive una tasa de desempleo récord a dos días de las elecciones
- Con un 5,7% de paro, es el mayor índice tras el final de la II Guerra Mundial
- Hay 3,59 millones de desempleados, 1,03 millones más que el año anterior
- El consumo de los hogares se contrajo en julio un 2%, primer descenso en tres meses
- También ha caído un 2,2% el IPC, es el quinto descenso consecutivo
A dos días de las elecciones generales, el desempleo en Japón se ha situado en el 5,7%, su mayor índice desde el final de la II Guerra Mundial, lo que pone en riesgo la incipiente recuperación de la segunda economía del mundo.
El Gobierno japonés ha divulgado este viernes tres indicadores muy negativos correspondientes al mes de julio: 1,03 millones de parados más que el año anterior, deflación récord del 2,2% y contracción del consumo de los hogares de un 2%.
Más de 104 millones de japoneses están llamados a las urnas este domingo 30 en unas elecciones que, según todas las encuestas, despojarán al PLD, el partido favorecido por el tejido empresarial nipón, de un poder que ha ocupado durante 54 años.
La situación económica es una de las claves de la respuesta de los votantes, que por lo general tienen más en cuenta datos que les afectan directamente, como el desempleo, que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
La mayor tasa de paro en seis décadas
La economía nipona acaba de salir de una recesión que se prolongó doce meses, con un incremento del 3,7% de su PIB entre abril y junio, pero si persiste el aumento del paro, la caída del consumo y la deflación, la recuperación podría no ser sostenible.
En julio, el número de desempleados se situó en 3,59 millones en Japón, 1,03 millones más que en el mismo mes del año anterior, un incremento nunca visto, según ha informado este viernes el Ministerio de Interior.
De esa cantidad, además, 1,21 millones fueron trabajadores despedidos, 650.000 más que en julio de 2008, lo que ahonda en la evolución de Japón hacia una sociedad donde el empleo ya no es de por vida, como hace unas décadas.
La tasa de desempleo fue en julio del 5,7%, tres décimas más que en junio, y el porcentaje podría crecer al 6% a final de año, según analistas citados por la agencia Kyodo.
Aunque baja en comparación con otros países industrializados como los europeos, esa tasa de paro es la mayor en más de seis décadas para Japón, que desde el 4,1% registrado en enero ha visto cómo ha ido incrementándose el desempleo sin interrupción.
Recortes drásticos en las empresas niponas
En los últimos meses han mejorado en Japón índices como las exportaciones y la producción industrial, que afectan directamente a las empresas, pero la incipiente recuperación de la economía no ha llegado a los ciudadanos.
Ante la crisis mundial que ha retraído la demanda de sus productos, gigantes empresariales nipones como Toyota o Sony han recortado drásticamente empleo y producción en los últimos meses, lo que les ha permitido deshacerse de parte de sus inventarios y mejorar sus ventas en el exterior.
La producción industrial de Japón lleva cuatro meses de aumentos consecutivos al igual que el dato de las exportaciones, frente a los fuertes descensos récord experimentados desde finales de 2008 hasta febrero de este año.
Y aunque parece que las grandes corporaciones se han beneficiado de los planes de estímulo millonarios aprobados por el primer ministro, Taro Aso, para combatir la crisis, otros datos demuestran que los consumidores siguen resintiéndose.
Baja el consumo de los hogares
Frente al mismo período del año anterior, el consumo de los hogares japoneses se contrajo en julio un 2%, su primer descenso en tres meses, hasta suponer una media de 285.078 yenes (unos 2.122 euros), según ha informado el Gobierno.
El consumo interno en Japón es del 55% del PIB y durante años ha sido uno de puntos flacos de la economía nipona. Además, el Gobierno ha dado a conocer la caída del 2,2 del Índice de Precios al Consumo (IPC), el quinto descenso consecutivo en este indicador.
La confirmación de la deflación es una mala noticia para la economía japonesa, que durante gran parte de la década de los 90 arrastró una caída constante de los precios que lastró durante años su recuperación.