Enlaces accesibilidad

El jefe de las tropas aliadas en Afganistán: Somos un toro herido cargando contra un 'matador'

  • El general que lidera las tropas aliadas define así la situación en un informe
  • En él subraya que la estrategia no funciona, aunque evita hablar de aumento de tropas
  • Señala que los afganos desconfían de las tropas porque su vida no mejora

Por
El nuevo comandante de las tropas en Afganistán, el general Stanley McChrystal.
El nuevo comandante de las tropas en Afganistán, el general Stanley McChrystal.

Las tropas de Estados Unidos en Afganistán se asemejan actualmente a un toro que arremete contra un torero -en este caso, los talibanes- que solo se debilita ligeramente a cada 'cornada' que recibe.

Con estas palabras tan crudas e inusuales define la situación actual de las fuerzas armadas aliadas en el país afgano el general Stanley McChrystal, comandante de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN, que ha recibido el encargo del presidente estadounidense, Barack Obama, de evaluar la actual estrategia en el país.

En un comunicado mandadado al Comando Central estadounidense, Mc Chrystal considera que la situación en Afganistán es "seria", aunque el éxito se puede conseguir con una nueva estrategia, lo que supone de facto reconocer que la estrategia actual ha fracasado.

El análisis de McChrystal, que lleva trabajando en este documento desde el pasado mes de junio cuando Obama le puso al frente de las tropas en Afganistán, era muy esperado porque será la base a partir de la cual se justificará un eventual aumento de tropas, una decisión difícil que supondrá una de las primeras apuestas de peso de la presidencia Obama.

Crisis de confianza

En el informe, el general también apunta a que los afganos están sumidos en una crisis de confianza porque la guerra contra los talibanes no ha hecho su vida mejor.

En este sentido, desde que llegó al cargo, McChrystal ha ido modificando la estrategia de la búsqueda de insurgentes a la defensa de la población civil en las ciudades, en la linea de lo realizado por el general Petreus en Irak.

De hecho, su informe se espera que se centre en concentrarse en las zonas más pobladas y en el entrenamiento de los soldados y la Policía afgana.

Además, el general subraya que el objetivo debe ser que el ejército afgano tome el control pero que no será capaz de hacerlo hasta al menos dentro de tres años y que este tiempo será mucho mayor en el caso de la Policía.

Sobre los talibanes, el militar advierte que los pueblos que han sido tomados por los insurgentes siguen en su poder, no han sido solamente atacados. En cuanto a la posibilidad de derrotarlos, cree que el 60% de los guerrilleros abandonaría si tuviese un trabajo.

Según ha confirmado la responsable de prensa de las tropas estadounidenses y de la OTAN, el informe ya ha sido enviado al organismo responsable de las guerras en Irak y Afganistán en Estados Unidos, aunque no ha facilitado ningún dato sobre el mismo.

Un reto para Obama

McChrystal lidera ahora a más de 100.000 soldados de las tropas aliadas, incluyendo a 63.000 estadounidenses, de los que más de la mitad se han incorporado este año como parte de la estrategia de aumento de presencia en el país comenzada por el presidente Bush y fortalecida por Obama.

Está previsto que las tropas aumente en 10.000 efectivos, 5.000 de ellos americanos, para final de año, según los planes ya trazados por el predecesor de McChrystal, el general McKiernan.

Aunque el informe no pide específicamente más tropas, su oscuro análisis de la situación pone sobre la mesa de Obama todos los elementos necesarios para tomar una decisión en ese sentido.

El problema es que según las encuestas -la última, la del Washington Post- solo el 49% considera que la guerra en Afganistán vale la pena. Algunos miembros del Partido Demócrata en el Congreso empiezan a pronunciarse en la misma línea mientras el número de bajas militares se ha disparado en los últimos meses tras la ofensiva afgana en el sur y este del país.