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La policía amplía los registros de vivienda donde Garrido mantenía secuestrada a Jaycee

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Los agentes de Policía encargados de investigar el secuestro de Jaycee Lee Dugard han ampliado los registros a la vivienda contigua a la casa de Phillip Garrido y han comenzado a excavar en el patio de dicha propiedad donde la joven estuvo secuestrada durante 18 años, según ha informado el diario Times.

Las autoridades creen que Garrido podría estar involucrado en la desaparición, en los 90, de varias prostitutas. Los cuerpos sin vida de las mujeres fueron hallados en las inmediaciones del parque industrial en el que trabajaba el presunto secuestrador, según ha informado un corresponsal de la BBC.

Perros entrenados para encontrar restos humanos guían a los oficiales, quienes además utilizan rastrillos, detectores de metal, palas y motosierras para iniciar la búsqueda de la casa donde Phillipe Garrido, quien fue detenido junto con su esposa Nancy, actuaba como cuidador.

La búsqueda se centra en el patio ya que la policía cree que Garrido pudo haber utilizado un cobertizo en el terreno.

Garrido, de 58 años, y su esposa Nancy, de 56, han sido acusados de 29 cargos por secuestro, violación y actos lascivos. Durante los 18 años de cautiverio, Jaycee Dugard tuvo dos hijas supuestamente fruto de la relación forzosa con su secuestrador.

Dados los acontecimientos, ahora se buscan pruebas que relacionen a Garrido con los otros casos abiertos en la zona.

Carl Probyn, padrastro de la joven, ha declarado para Skynews que podrían pasar años para que las hijas de Jaycee asuman la nueva situación.

Jaycee pudo ser encontrada antes

En noviembre de 2006, se recibió una llamada en la que avisaba de la presencia de niños en el jardín de la casa y denunció comportamientos extraños. "El denunciante aseguró que Garrido era un psicótico y un adicto al sexo", según el jefe policial Warren Rupf, encargado de la investigación.

Dos años más tarde, en 2008, de acuerdo con las informaciones publicadas por el diario estadounidense The New York Times, un equipo de investigadores visitó sin previo aviso la casa de Garrido durante una inspección rutinaria a abusadores sexuales. En aquella ocasión, los agentes tampoco se percataron de la zona secreta en el patio trasero de la residencia -oculta tras una valla- en la que vivían Jaycee y sus hijas.