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Madonna cierra ante unos 70.000 devotos israelíes su gira mundial

  • Actuó en Tel Aviv, donde este miércoles volverá a dar un concierto
  • El concierto se prolongó durante dos horas con numerosa presencia policial
  • Madonna se ha acercado a la mística judía, en particular a la Cábala

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La cantante estadounidense Madonna, durante el concierto que ofreció en Tel Aviv.
La cantante estadounidense Madonna, durante el concierto que ofreció en Tel Aviv.

Madonna cierra su gira mundial Sticky & Sweet con dos conciertos en Tel Aviv, una decisión que no parece ajena a la devoción que la "reina del pop" profesa en los últimos años por la mística judía, en particular por la Cábala.

El Parque Yarkón de esta urbe costera acogió a entre 60.000 y 70.000 seguidores de la diva, según han asegurado fuentes policiales, aunque no obstante no se colgó el cartel de "vendidas todas las entradas".

En torno al concierto, que se prolongó dos horas, se podía observar una numerosa presencia policial.

Con la actuación del martes y otra prevista para este miércoles en el mismo lugar, Madonna pondrá el broche de oro a su gira mundial que ha paseado el último año por los escenarios de Europa, Estados Unidos y América Latina, para promocionar su álbum de estudio más reciente, "Hard Candy".

Acercamiento al misticismo judío

La decisión a última hora de incluir una parada final en Israel parece estar motivada por su acercamiento al misticismo judío.

La artista visitó este país en 2004 y 2007 a título privado y con el objeto de realizar una peregrinación espiritual después de convertirse en una fiel seguidora de la Cábala, que en la tradición judía se entiende como el sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento.

Sin embargo, la cantante no actuaba en Israel desde hacía 16 años, cuando lo hizo por primera vez con "The Girlie Show".

La actuación de la camaleónica artista no defraudó a sus fieles, que pudieron verla saltar a la comba con una minifalda escocesa de colegiala, contonearse rodeando una barra americana y desfilar cual reina del pop que es, desafiando a bailarinas vestidas a su imagen y semejanza en un escenario majestuoso, el de mayor dimensión levantado en Israel.

Homenaje a Jackson y todos sus éxitos

Como viene siendo habitual en esta gira, Madonna rindió culto y homenaje al fallecido Michael Jackson, al que definió como el mejor artista de todos los tiempos, y que fue interpretado por un bailarín que realizó en conocido paso del "Moonwalk" al ritmo de Billie Jean.

En el repertorio se incluyeron canciones tan conocidas como "Vogue", que amenizaron bailarines con una estética sadomasoquista, así como "Holiday" o "Music", y composiciones recientes que se acercan al hip hop y a la música techno.

Acompañada por una docena de miembros de su equipo coreográfico y sobre un escenario flanqueado por dos enormes "M", inicial de la cantante sobre las que aparecían pintados diamantes, la cantante no paró de provocar al público en todo momento, que respondió con eufórica devoción.

Entre los seguidores había de todas las edades, aunque la mayor parte del público estaba integrado por jóvenes, que aplaudieron con júbilo cuando la reina del pop le dio un beso de tornillo a una bailarina vestida de Madonna ochentera en la canción "She is not me".

Y es que un gesto semejante en la liberal Tel Aviv, que el pasado mes de agosto fue blanco de un ataque contra un centro gay, no ha pasado desapercibido.

Madonna visitó a su llegada al país el domingo la ciudad santa de Jerusalén, donde hizo una rápida visita al Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para el judaísmo, y las ruinas arqueológicas que yacen bajo el Muro de las Lamentaciones.