Fría acogida en Venecia al 'Teniente corrupto' de Herzog y Nicholas Cage
- El filme se ha presentado este viernes dentro de la sección oficial de la Mostra
- Es un 'remake' de 'Bad Lieutenant' (1992) dirigida por Abel Ferrara
- La película es demasiado convencional y se pierde en el exceso de tics de Cage
- También se ha presentado Lei wanzi (Prince of tears), del taiwanés Yonfan
Bad Lieutenant: Port of call New Orleans -un remaque del Teniente corrupto de Abel Ferrara- ha acaparado este viernes la atención dentro de la competición oficial de la Mostra de Venecia.
Un filme que no ha convencido por su excesivo convencionalismo y por la sobreactuación de su protagonista, Nicholas Cage, algo habitual en el actor estadounidense.
Cage da vida a un detective desquiciado y adicto a las drogas, el mismo papel que interpretó magistralmente Harvey Keitel en 1992.
Pero sorprendemente, Cage y Herzog se han empeñado en la presentación en desmarcarse del original de Ferrara y han asegurado que ambos filmes no estaban conectados.
"Sería injusto comparar las dos películas", ha manifestado Nicholas Cage mientras que Herzog se ha referido a Ferrara asegurando que "no sé quién es ni he visto ninguno de sus filmes", aunque a continuación ha precisado que se reunirá muy pronto con el director italiano "alrededor de una botella de whisky" para hablar largo y tendido.
No ha precisado, sin embargo, si el encuentro se producirá dentro de esta 66 edición del Festival de cine internacional de Venecia, en la que Abel Ferrara presenta un filme fuera de concurso y en el que forma parte del jurado de la sección de cortometrajes.
Exceso de tics
La película de Herzog, pese a estar bien rodada, aporta poco al panorama cinematográfico y se pierde en el exceso de tics de Cage. El ganador de un Oscar por Leaving Las Vegas demuestra una vez más que, en su caso, cualquier tiempo pasado fue mejor.
Cage, que ha mostrado en la rueda de prensa su lado más filosófico y artístico, ha explicado que al hacer esta película sintió que podían adaptar "el estilo de jazz" que sugería el rodaje en Nueva Orleans.
"Werner nos permitió abrazar el espíritu de jazz de la ciudad", ha explicado. A su juicio, el enfoque de Herzog es "impresionista" frente al "fotorealista" de Leaving Las Vegas.
Sobre su forma de meterse en el personaje ha explicado que para él es una gran ayuda hacer una trabajo físico, dotar a su interpretación de ciertas características físicas que le permiten transformarse durante el rodaje y luego dejar el trabajo en el set.
También utilizó para el personaje las experiencias que tuvo "hace décadas" con algunas sustancias, recuerdos que filtró en su mente para poder dar mayor realismo a su interpretación.
Cage ha tenido palabras de elogio para Herzog, por la libertad de improvisación que les dejó durante el rodaje, y para su compañera de reparto Eva Mendes, una "hermana para él" a la que quiere cuidar y de la que alabó su transformación en todas sus películas.
Lo mejor, Eva Mendes
Alabanzas que le han sido devueltas por una simpática Mendes, para sorpresa de muchos la mejor actuación del filme como la prostituta novia del policía, con un papel un poco alejado de sus habituales de sex symbol.
"Me gustó el papel de Frankie porque es una superviviente", ha dicho Mendes, quien ha explicado que "dentro de la oscuridad de la película, lo que hay es una inocente historia de amor".
Tanto Mendes como Cage fueron la primera elección del director para la pareja protagonista y ambos aceptaron participar en ella de inmediato.
Mientras Cage ha destacado la calidad del guión como principal razón para aceptar el papel, la actriz, de origen cubano, ha sido más expresiva al señalar: "acepté sin leer el guión. Dije 'sí' porque era de Werner y dije '¡oh, sí!' cuando oí el nombre de Nick Cage".
Momento idóneo para el cine negro
Por su parte, Herzog ha explicado que le encantó el guión que había escrito William M. Finkelstein pero que al final cambió tanto el principio como el final.
Unos cambios que le permitieron, según ha explicado, hacer una película de cine negro, para lo que considera que es el momento idóneo dada la inseguridad que siente la gente, aumentada por el colapso del sistema financiero.
El resultado es una historia eficaz de corrupción policial y de inmadurez personal del protagonista que sin embargo no aporta los elementos necesarios que debe tener cualquier película a competición de un gran festival.
Y para completar la jornada de este viernes en la competición oficial de Venecia, Lei wangzi (Prince of tears), del taiwanés Yonfan, una entretenida historia de amores y traiciones con el trasfondo de la época de la ley marcial, del "terror blanco" de los años cincuenta en Taiwán.
Un filme rodado con sutileza, basado en los recuerdos de infancia del director, en el que ha querido hablar de la "existencia del ser humano", de "aquellos que tenían ideas diferentes durante ese periodo", ha explicado Yonfan en rueda de prensa.