Versalles abre sus puertas a la escultura futurista
- El palacio parisino abre sus puertas a una muestra del francés Xavier Veilhan
- Sus piezas recuerda a los 'origamis' japoneses, desde una técnica muy pulcra
- Otros autores como Jean Nouvel también expondrán algunas de sus obras
El palacio de Versalles reincide por segundo año consecutivo con el arte contemporáneo. Durante los próximos tres meses, los visitantes de la quintaesencia del barroco francés van a poder contemplar también la obra de un artista francés moderno, Xavier Veilhan.
Veilhan sigue la estela del norteamericano Jeff Koons, que ya el año pasado supuso una apuesta arriesgada para los gestores del patrimonio histórico francés, pero felizmente aprobada por el incremento de público que produjo y el eco mundial que obtuvo, precisamente a causa del maridaje entre el rey del kistch y el barroco.
En España, Xavier Veilhan sólo ha expuesto en la fundación Miró de Barcelona y en la galería Javier López, de Madrid. Tiene 46 años y nació en Lyon. Veilhan ha subrayado que la mayor parte de la obra expuesta está hecha ex profeso para la ocasión.
"He conseguido dirigirme a un público numeroso, pero sin concesiones en relación a mis expectativas iniciales", asegura Veilhan, al tiempo que asegura que "sobre todo he conseguido trabajar con con un enganche muy particular, porque ha sido necesario crear obras para este palacio que es capaz de organizar exposiciones, pero cuyo papel principal no es producir obra de arte contemporáneo".
Al visitante lo recibe en el patio de armas una carroza tirada por seis caballos, en aleación de aluminio morado. Su aspecto es el que tendría en papiroflexia, el arte japonés del plegado de papel para hacer figuras llamado 'origami', en el que buena parte de sus obras parecen inspirarse. Lo único que lo diferencia es que aquí el tamaño es prácticamente natural.
Figuras poliédricas incluso en las esculturas de los 11 arquitectos que Veilhan ha colocado sobre el Parterre del Agua, la gran plataforma posterior al palacio y que domina la inmensa perspectiva del Gran Canal. El artista, además, las ha montado a dos metros del suelo cada una, sobre unos pedestales metálicos a modo de andamio.
En cada escultura, salvo en el caso de la obra 'La Mujer Desnuda' se ve la mano del ordenador. Todo tiene un toque técnico y pulcro que puede dejarle a uno frío. Llama la atención la escultura de Jean Nouvel, autor también de la cornisa del Reina Sofía y de la Torre Agbar, de Barcelona, en una postura, con sus brazos cruzados y su enorme humanidad, que recuerda la que Rodin hizo de Balzac.
La obra de Xavier Veilhan podrá verse en el palacio de Versalles de parís hasta el 13 de diciembre.