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Bruselas advierte a Alemania de que vigilará la venta de Opel a Magna

  • Dice que las ayudas públicas no se pueden condicionar al mantenimiento geográfico
  • Organizará "cuando lo crea apropiado" otra reunión ministerial sobre el tema
  • Bélgica ha pedido que se investigue el posible proteccionismo alemán

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La Comisión Europea ha advertido de que vigilará la venta de Opel, filial de General Motors, a Magna, y que las ayudas públicas que puedan acordar algunos países no deben condicionarse al mantenimiento de la producción en sus territorios.

La CE ha pedido "que se respeten las normas europeas", ha advertido el portavoz de la Comisión, Johannes Laitenberger, quien ha recalcado que las ayudas de Estado "no deben condicionarse" a intereses no comerciales "o a la localización geográfica de la reestructuración".

El portavoz ha matizado que la CE organizará "cuando lo crea apropiado" otra reunión a nivel ministerial de los países comunitarios afectados por la situación de General Motors Europa (Opel), similar a una ya celebrada en marzo pasado.

El viceprimer ministro belga y titular de Hacienda, Didier Reynders, se ha mostrado a favor de que la CE investigue un posible proteccionismo alemán en la venta de General Motors Europa a Magna.

Sus comentarios se produjeron después del anuncio del vicepresidente de GM, John Smith, de que se cerraría progresivamente la planta de Amberes.

Reducción de actividad

Además, Magna prevé que la fábrica de Figueruelas (España) y la de Ellesmere (Reino Unido) reduzcan su actividad mientras que las fábricas en suelo alemán no se verían afectadas.

El portavoz de la Comisión Europea ha eludido comentar nada sobre el anuncio acerca de Amberes o los planes de Magna y ha insistido en que todavía no hay decisiones firmes.

La decisión de GM de vender a Magna el 55% de General Motors Europa "es el lanzamiento de un proceso y ahora se tienen que finalizar los detalles", añadió Laitenberger.

La portavoz de GM Bélgica, Ann Wittemans, ha asegurado hoy que "todavía no se ha tomado ninguna decisión" sobre el futuro de la planta de Amberes.

La fábrica de Amberes tiene 2.600 trabajadores, pero su cierre supondría la pérdida de entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos, según la federación de empresas tecnológicas Agoria.

Por su parte, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, se ha felicitado por el acuerdo alcanzado por Opel y Magna, en el que participa el banco ruso Sberbank, y lo ha calificado como "un primer paso" hacia la integración rusa en la economía europea.

"Esperamos que se haya dado un primer paso que nos conducirá hacia una integración real en la economía europea", ha dicho en Moscú.