Un pescador búlgaro pesca una piraña roja en un lago artificial
- Esta especie sólo se encuentra normalmente en aguas de Suramérica
- Cuentan con una mandíbula muy poderosa, pero a este ejemplar le faltaban dientes
- Criar o tirar pirañas en aguas públicas constituye un delito en este país balcánico
Un pescador búlgaro se ha sorprendido al pescar una piraña roja, la variedad más feroz de esta especie que se conoce, que habitualmente sólo se encuentra en aguas de Suramérica. El insólito hecho ha ocurrido en un lago artificial cerca de la ciudad de Sliven, al este de Bulgaria.
Andreas Atenev, de 44 años, se ha encontrado al ejemplar al final de su caña en en el embalse en la aldea de Mechkarevo. Se trata de una pieza de unos 40 centímetros de longitud y 1.600 gramos de peso, aunque no tenía los dientes habituales con los que suelen contar los peces que habitan este lago.
Cuando volvió a casa, Atenev consultó en internet lo que había pescado, descubriendo que había atrapado un gran ejemplar de la variedad 'pygocentrus nattereri' o 'piraña roja', aunque no logró descrifrar cuál era el sexo del pez.
El pescador avisó a la filial local de la Agencia de Caza y Acuicultura en la ciudad de Sliven, que deberá investigar ahora cómo el pez carnívoro llegó a las aguas de este lago.
Mandíbulas poderosas
Las pirañas rojas son peces ovalados con una gruesa cabeza y dotadas de una poderosa mandíbula con dientes triangulados muy afilados, que utilizan para triturar la carne de sus presas, que suelen ser peces, pero también insectos, anfibios, aves y mamíferos. Miden entre 25 y 60 centímetros.
Se trata de animales que, cuando tienen hambre, pueden atacar a cualquier especie viva y la despedazan en minutos, incluso a los miembros de su especie. Se alimentan de todo tipo de alimentos cárnicos, y de toda clase de peces y desechos alimenticios.
Gracias a su vista, son capaces de ver si están detrás de ellas, de manera que se dan cuenta de un posible peligro inminente y así tienen mayor oportunidad de escapar.
Criar o tirar pirañas en aguas públicas es un delito en el país balcánico, ante el peligro que suponen para los nadadores, y su adquisición en el mercado legal es casi imposible, ya que un ejemplar cuesta en torno a los 1.000 euros.