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Científicos españoles descubren que la nicotina puede provocar irritaciones en la nariz y la boca

  • El estudio afirma que la irritación es similar a la provocada por la cebolla o la mostaza
  • Podría servir para crear nuevas terapias contra el tabaco con menos efectos adversos

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El contacto directo de la nicotina puede producir una irritación en la nariz y en la boca semejante a la que provocan la cebolla, el ajo y la mostaza, según un estudio en el que ha participado un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los científicos han descubierto que la nicotina activa un receptor molecular (TRPA1) que está involucrado en los procesos de inflación y dolor, y se encuentra en las terminaciones nerviosas de la piel y en las mucosas que recubren nariz y boca.

El estudio, que aparecerá en el próximo número de la revista Nature Neuroscience, ha sido probado en ratones y abre la posibilidad al desarrollo de nuevas terapias contra el tabaquismo con menos efectos adversos de los que tienen los aerosoles nasales o los parches sobre la piel, que pueden producir irritaciones.

El investigador del CSIC Féliz Viana de la Iglesia ha explicado que, hasta ahora, se pensaba que la irritación provocada por la nicotina se debía a la estimulación de los receptores nicotínicos.

Sin embargo, afirma, su equipo ha probado que la nicotina "puede activar la proteína TRPA1, que funciona como un detonador de las señales neuronales que transmiten sensaciones de quemazón y dolor".

Posibles nuevas terapias contra el tabaco

"Hemos demostrado que la nicotina tiene un efecto irritante muy similar a la producida por otras sustancias activadoras de TRPA1, como la mostaza, la cebolla, el ajo y las emisiones de los tubos de escape de los automóviles.

En un futuro, este descubrimiento podría ser de utilidad para el desarrollo de nuevas terapias contra el hábito de fumar que posean menos efectos adversos", ha destacado Viana.

En el trabajo han participado Viana, Víctor Meseguer, investigadores del Grupo de Transducción Sensorial y Nocicepción del Instituto de Neurociencias de Alicante y Karel Talavera, del laboratorio para el estudio de los canales iónicos de la Universidad Católica de Lovaina.