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Los senadores del PP piden la oreja de Zapatero

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Los senadores del PP han pedido la oreja del jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como si la Cámara Alta fuera un coso taurino, y todo porque el presidente les acababa de llamar insolidarios al responder a una pregunta de su jefe de filas, Pío García Escudero, sobre la subida de impuestos.

Como no tenían pañuelos de tela a mano -tal vez para cumplir con la medida preventiva contra la gripe A que los desaconseja- los parlamentarios del PP han recurrido a sus carpetas, folios y papeles oficiales con el orden del día para hacerlos ondear en alto y hacer visible su requerimiento.

Pero al presidente del Senado, Javier Rojo, que por el gesto casi unánime y alborotado de los "populares" podría parecer en ese momento el presidente de la plaza, no le ha hecho ninguna gracia el guirigay, contestado desde el tendido socialista con todos los senadores del PSOE puestos en pie para ovacionar a Zapatero.

"Solamente recordarles que estamos en el Parlamento, nada más", ha proclamado Rojo, en un tono severo, dirigiéndose a los del PP, que a partir de ese momento han renunciado a pedir el apéndice.

Ha sido al final de la contestación que el jefe del Ejecutivo ha dado a García Escudero en la primera sesión de control al Gobierno del nuevo curso político, aprovechada por el grupo popular para exigir explicaciones a Zapatero por la anunciada subida impositiva.

Solidaridad con los desfavorecidos

El presidente había invocado la "solidaridad" ciudadana con los más desfavorecidos y luego había rematado la faena con un duro ataque al PP: "¿Saben por qué a ustedes esto les suena tan extraño y están en contra? Porque ustedes no saben nada de solidaridad".

Mientras los senadores socialistas se levantaban de sus escaños para aclamar a Zapatero, los del PP se llevaban las manos a la cabeza, entre risas y voces, hasta que algunos comenzaron a agitar sus papeles mientras gritaban "¡La oreja, la oreja¡".

No es la primera vez que algún senador del grupo popular saca algún pañuelo desde el escaño, pero nunca habían sido tantos los que habían reclamado el "premio".

El episodio ha culminado una larga pregunta en cuya contestación Zapatero ha sido interrumpido en numerosas ocasiones, obligando a Javier Rojo a pedir silencio reiteradamente.

'Trapos sucios'

Un comentario de García Escudero sobre la "neolengua" con la que a su entender Zapatero intenta camuflar la realidad ha sentado muy mal en las filas socialistas.

"El atentado de la T-4 fue para usted un accidente; la negociación con ETA un proceso de paz; la crisis económica era una desaceleración, nuestra participación en la guerra de Afganistán, una misión de paz. Y ahora, la mayor subid de impuestos de la democracia es un 'pequeño esfuerzo solidario y temporal", le había reprochado.

Rodríguez Zapatero le ha afeado que tuviera que recurrir al atentado de ETA contra la T-4 de Barajas -donde murieron dos personas-; "Muy mal debe de andar de argumentos. Qué mal estilo", ha sido la consideración que le han merecido sus palabras.

Por lo demás, García Escudero ha advertido al jefe del Ejecutivo que va a "castigar" a las familias, los pensionistas y los parados y no se ha resistido a invocar el espectro de Solbes para anunciarle que se va a quedar "más solo que la una".

Zapatero se ha extendido al explicarle que la carga fiscal, incluso con la subida prevista, no superará la que dejó el PP en 2004, ha recordado que él sí ha bajado impuestos, y ha insistido en su tesis del "pequeño esfuerzo" a los ciudadanos.

Como los senadores del PP no han dejado de interrumpirle, al terminar les ha recriminado que no comprendan el concepto de solidaridad; quizá para desmentir que se vaya a quedar solo, los socialistas le han dedicado una gran ovación, todos en pie.