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La UE cree que los países en desarrollo necesitan 7.000 millones para combatir el cambio climático

  • Estas cifras sobre financiación sirven para fijar la posición comunitaria de cara al G-20
  • Algunos países europeos han mostrado reservas al mencionar cantidades específicas
  • Los Veintisiete señalan que las emisiones globales deben reducirse en un 50% en 2050

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Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han estimado que los países en desarrollo necesitarán entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales de financiación pública internacional entre 2010 y 2012 para combatir el cambio climático y sus efectos.

Los líderes europeos han señalado en una declaración que además de este anticipo, las naciones en desarrollo precisarán a partir de 2020 un total de 100.000 millones de euros anuales -entre financiación nacional (pública y privada) de los propios países en desarrollo, ingresos del mercado del carbono y financiación pública internacional.

A pesar de la fuerte oposición de Alemania, el empeño de la Presidencia sueca de turno de la UE ha permitido sacar adelante una declaración con cifras concretas sobre financiación que sirve para fijar la posición comunitaria de cara a la cumbre del G-20 en Pittsburgh, la próxima semana.

El apoyo económico a las naciones en desarrollo se ha convertido en el principal obstáculo en las negociaciones previas a la XV Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, que tendrá lugar del 7 al 18 de diciembre en Copenhague y en la que se espera aprobar un acuerdo internacional que sustituya el Protocolo de Kioto.

"Para hacer progresos necesitamos hablar de cifras"

Un gran número de países europeos liderados por Alemania han mostrado reservas a la idea de mencionar cantidades específicas de financiación en el texto al considerar que reduciría el margen de maniobra en las negociaciones con otros países.

Sin embargo, el primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt ha insistido en que las cifras son necesarias para reforzar la "credibilidad" de los países industrializados ante las naciones en desarrollo, pero ha hecho hincapié en que éstas deberán a cambio concretar objetivos de reducción de emisiones.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, por su parte, ha reclacado que "para hacer progresos necesitamos hablar de cifras" y ha afirmado que hay que ayudar a los países en desarrollo "no con un cheque en blanco, pero con propuestas justas".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha negado que exista una "división" entre países de la UE y ha dicho que más bien lo que hay son "distintos niveles de inquietud" y que estados miembros como Polonia están preocupados por poder lograr sus objetivos, pero ha destacado que aún así han apoyado la declaración.

Reducir las emisiones globales en un 50% para 2050

Los Veintisiete han señalado también que para evitar que la temperatura del planeta se eleve por encima de 2 grados centígrados, las reducciones globales deben reducirse en un 50% en 2050 con respecto a los niveles de 1990 y las de los países desarrollados un 80% o más.

La declaración final ha mejorado el borrador que se elaboraba esta semana al incluir la cifra del 80%, pero ha rebajado el nivel de ambición con respecto a las conclusiones del Consejo de Ministros de Medio Ambiente del pasado marzo en las que se mencionaba que las naciones industrializadas deberían reducir sus emisiones entre el 80 y el 95%.

No obstante, la organización ecologista Greenpeace ha admitido en un comunicado que la UE ha realizado un progreso y envía "un mensaje claro a los líderes de otras naciones ricas que se reunirán la próxima semana en Pittsburg".

"Ahora que la UE y Japón están mostrando algunas señales de progreso" el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encontrará muy pronto "en una situación difícil".

En este sentido, el propio Reinfeldt valoraba a su llegada a la reunión que los compromisos de reducción planteados por diferentes países "no son suficientes para alcanzar el objetivo formulado por la ONU".

Los líderes europeos volverán a reunirse en el Consejo Europeo de octubre, en el que se espera que acuerden una contribución concreta por parte de la UE a la financiación a países en desarrollo.