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Un policía experto en bandas identifica al acusado de asesinar a Palomino como "skin neonazi"

  • Lo ha identificado por la indumentaria y la cabeza rapada
  • También se ha visionado las cintas grabadas por Metro del suceso
  • Han testificado los policías locales que detuvieron a Palomino
  • Un soldado ecuatoriano dice que Palomino no tenía comportamientos racistas

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Continúa el caso Palomino en los juzgados de Madrid con el visionado del vídeo.

El jefe del grupo 21 de la Brigada de Información de la Policía ha identificado al asesino confeso de Carlos Palomino, tras ver una foto, como "un skin neonazi" por la indumentaria que llevaba el día de los hechos, una  sudadera de la marca 'Three Stroke' y su apariencia física al llevar la cabeza rapada.

Este experto en grupos radicales de extrema derecha e izquierda ha comparecido en la tercera sesión de la vista oral y la identificación de Josué Estébanez será fundamental para que el Tribunal valore la agravante de motivos ideológicos para endurecer la pena por el delito de asesinato que se le acusa.

Asimismo, durante la sesión se han reproducido las grabaciones de las cámaras de seguridad del metro, que recogen la entrada del grupo de antifascistas en el vagón donde se encontraba Estébanez, el apuñalamiento, la posterior agresión a otros dos jóvenes y la salida de todos los pasajeros a la calle.

En declaraciones a los medios de comunicación, la madre de Palomino, María Victoria Muñoz, ha dicho que el acusado "no ha mostrado ningún síntoma de nada" al ver las imágenes, sino que ha estado "frío, mirando y punto".

Además, al saber que, según el abogado de la defensa, Estébanez pedirá previsiblemente perdón en su turno de última palabra, ha asegurado que "no se lo va a dar", porque como ha coreado el medio centenar de jóvenes que la esperaban con aplausos a la salida de los juzgados, "ni olvidamos ni perdonamos".

Testimonio de los policías locales que lo detuvieron

Además, en la tercera sesión del juicio han declarado los dos policías municipales que detuvieron al acusado en la calle cuando éste era perseguido por un grupo de jóvenes antifascistas al tratar de huir de la estación de metro de Legazpi, donde había tenido lugar el apuñalamiento.

Según han declarado, Estébanez, para el que el fiscal pide 29 años de cárcel, les pidió auxilio y les dijo: "Ayudadme, por favor, que estos guarros me quieren matar", por lo que los agentes intentaron protegerle ya que empezaron a "llover golpes y patadas" de la "multitud" que le perseguía, mientras el acusado repetía que él no había hecho nada.

Preguntado por la defensa de Estébanez si la vida de éste corrió peligro, uno de los policías ha afirmado que así fue, aunque ha señalado que comprendía "la ira de esta gente, ya que acababan de matar a su amigo", y ha subrayado que no vio que llevaran armas.

Ambos han coincidido en que cuando Estébanez corría hacia ellos arrojó debajo de un coche un objeto que hizo "un ruido metálico" al caer, lo que les hizo pensar que podía tratarse del arma con la que cometió el crimen, aunque cuando volvieron a buscarla no la encontraron.

Su compañero soldado dice que no era racista

Por otra parte, ha declarado el soldado de nacionalidad ecuatoriana que compartía habitación con el acusado, que ha asegurado que Estébanez no tenía comportamientos racistas ni xenófobos con él ni con otros compañeros extranjeros.

Carlos Palomino, murió el 11 de noviembre de 2007 a consecuencia de una puñalada mortal que le asestó el acusado en el Metro de  Legazpi, tal y como recogen las imágenes de vídeo grabadas dentro del vagón.