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Una testigo se niega a declarar sin el burka en la Audiencia Nacional en un juicio contra yihadistas

  • Gómez Bermúdez la ha pedido que abandone la sala y después se ha reunido con ella
  • Al final la ha convencido para que declare el próximo lunes con el rostro descubierto
  • La mujer es hermana de un suicida que atentó en Irak en enero de 2005

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Polémica en la Audiencia Nacional por el burka

El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha pedido que abandonara la sala a una mujer citada como testigo que quería declarar con burka al negarse a descubrirse el rostro alegando que sus creencias religiosas se lo prohíben.

Ante su negativa, el juez le ha explicado que en los tribunales españoles es obligatorio declarar con el rostro descubierto y la ha citado al término de la sesión en su despacho junto con la fiscal Dolores Delgado. Allí la han convencido para que comparezca el próximo lunes con el burka pero mostrando la cara, aunque de espaldas al público.

La mujer, que se llama Fátima, es hermana de Hassan Hssisni, un suicida que perpetró un atentado terrorista en Irak en enero de 2005. La testigo estaba citada para declarar en el juicio contra nueve presuntos islamistas por enviar muyahidines a Irak. Pertenecen a dos células que fueron desarticuladas en Madrid y Barcelona en 2006.

En un principio, la mujer ha rechazado descubrir su rostro ante la sala, alegando que sus creencias religiosas se lo prohíben y que ya había mostrado su cara a una agente de la Policía a la entrada de la Audiencia Nacional. Además, ha recordado que ante el juez Baltasar Garzón declaró cubierta durante la instrucción de la causa.

El magistrado ha subrayado además que las creencias religiosas no pueden estar por encima de la ley civil. Antes de mandarle abandonar la sala, Gómez Bermúdez le ha explicado que "viendo su rostro" podía saber "si le miente o no, si le sorprende alguna pregunta o no" y que no quería proceder contra ella por desobediencia.

Declarará el lunes sin cámaras y sin público

No obstante, tras reunirse con el juez en su despacho ha accedido a declarar el lunes. Fátima se ha mostrado muy contenta porque el juez le ha permitido declarar con el burka, aunque con el rostro descubierto -por encima de las cejas y por debajo del mentón-, sin cámaras y sin público.

Según ha dicho a los medios de comunicación, el magistrado "ha sido muy amable".

Durante esa breve reunión, según fuentes jurídicas, el juez y la fiscal le han explicado a la testigo que tampoco una monja podría declarar con el rostro tapado ante un tribunal, ya que esto impediría a la sala valorar las expresiones durante su declaración.

Tanto ella como su marido Francisco han sido citados como testigos en el juicio contra nueve presuntos integrantes de dos células integristas desarticuladas en Madrid y en Cataluña en 2006 que se dedicaban a captar muyahidines para enviarlos a Irak a cometer atentados suicidas.

El marido únicamente ha declarado que había conocido el fallecimiento de su cuñado en Irak por una llamada religiosa que le realizó su suegro, en el que se le informó que Hassan se había "casado", lo que en el argot del grupo significaba que se había suicidado.