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'Yo, también' y 'Blessed', disminuidos psíquicos, discapacitados afectivos y familias rotas

  • Yo, también cuenta una historia de amor entre dos personas, una con síndrome de Down
  • Pablo Pineda y Lola Dueñas protagonizan la cinta de Álvaro Pastor y Antonio Naharro
  • La película está inspirada en la propia biografía de Pineda
  • Blessed, de Ana Kokkinos, un retrato coral de desgarros afectivos entre madres e hijos
  • Toda la información en el especial del Festival de cine de San Sebastián 2009

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"Ser actor te hace vivir cosas que nunca has hecho". Y lo dice Pablo Pineda, el único síndrome de Down de toda Europa con dos títulos universitarios, Magisterio y  Psicopedagogía. Pineda es protagonista, junto a Lola Dueñas, de Yo, también, el primer largometraje de Álvaro Pastor y Antonio Naharro, presentado este miércoles en sección oficial del festival de San Sebastán.

La película cuenta la historia de Daniel, un joven con síndrome de Down que trabaja como asistente social para la Junta de Andalucía y que se enamora de Laura, una compañera de trabajo sin discapacidad psíquica, pero, como tantos, sí emocional.

Ya que de eso habla la película, de la ambigüedad del concepto 'ser normal', y de lo mucho que la sociedad 'normal' puede aprender de los disminuidos. "Me gustaría que la gente viera que dentro de una persona con síndrome de Down hay una persona que tiene un corazón, unos deseos, un mundo interior, que nunca han visto", asegura Pineda.

Pastor y Naharro son una sola voz unida por la sensación de la diferencia. "Los involucrados en el proyecto -aseguran- tenemos en la familia alguien con síndrome [la hermana de Antonio, Lourdes, actúa en la cinta y Medem, productor, tiene una hija], pero, ¿quién no se ha sentido diferente alguna vez? Enamorarnos de nuestros defectos, la aceptación, es lo que está detrás de la película".

El personaje se ha construido sobre la base d eunos pocos trazos dfe la biografía de Pineda, pero la historia es básicamente ficción. "Al principio era reticente al tema -afirma Pineda- porque nunca había sido actor, estaba en el mundo académico. Me hicieron una prueba, y me gusté, soprendentemente me gusté".

Trabajar con síndrome de Down, más creativo

A los directores de la cinta no se les puede negar una gran valentía a la hora de tocar este tema en su primer largo. El resultado es una película que mantiene el interés, aunque caiga a ratos en el sentimentalismo, y que trata de transmitir un mensaje a través de su atípica historia de amor. Eso supone adaptar "las pretensiones artísticas a lo que estás haciendo", creen los directores.

"Pero trabajar con síndromes de Down te obliga a ser artista porque no sabes lo que va a pasar en cada momento", consideran.

¿Y es posible la integración que trata de mostrar la película? "La integración de las personas con síndrome de Down puede ser verdad siempre que uno sea realista -dice Pineda con rotundidad-. Nosotros también tenemos que poner nuestro granito de arena, esforzanos por salir más, sacar ese mundo interior y hacerlo más visible y no escudarnos en nuestros rasgos".

También en sección oficial, compitiendo por la Concha de Oro, se ha presentado Blessed, de la australiana Ana Kokkinos, una película coral de vidas entrecruzadas que muestra las vidas rotas de varias familias desde el prisma de hijos y madres.

La primera parte de la película, la que narra el desgarro vital de siete chicas y chicos, tiene menos fuerza que la segunda, protagonizada por sus madres. El resultado global es, sin embargo, más positivo que negativo, el buen final hace olvidar la línea irregular del guión que atasca la película a ratos. En cualquier caso, la película es una de las candidatas a tener algún hueco en el palmarés.

Optará también al Premio TVE-Otra Mirada para las cintas que tratan el mundo femenino.