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Zelaya dialoga con los aspirantes a la presidencia

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En el primer signo de aparente diálogo, el presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, ha recibido en la embajada de Brasil a los candidatos presidenciales hondureñas para las elecciones del 29 de noviembre.

Los candidatos se habían reunido previamente con el presidente de facto, Roberto Micheletti. Poco antes de la reunión, Zelaya ha asegurado que hay signos de que puede abrirse un diálogo y que eso es "positivo".

Lo decía tras recibir también la visita del obispo auxiliar de Tegucigalpa, Juan José Pineda, en otra gestión iniciada por la Iglesia Católica hondureñas. El prelado insistió en la voluntad de favorecer el diálogo. "Yo, como hijo de este país, como hijo de esta Iglesia, como obispo de la Iglesia católica, he querido asumir la responsabilidad de dar el primer paso y abrir esa puerta, abrir las ventanas de mi país para que haya diálogo", ha afirmado monseñor Pineda.

Zelaya aseguró que espera recibir más visitas de representantes de otros sectores sociales hondureños. "No puedo dar nombres de las personalidades que van a venir, sí es importante lo que se está haciendo con el sector privado, con sectores religiosos, con los medios de comunicación, igual que con el sector político" dijo el derrocado presidente en declaraciones al canal local 36.

El gobierno de facto de Honduras imponía de nuevo a última hora del jueves el toque de queda que se prolonga desde siete de la tarde a cinco de la mañana. La medida había sido levantada durante las horas diurnas del jueves.

A pesar del levantamiento del toque de queda, Honduras están aún muy lejos de recuperar la normalidad. Los hondureños regresaron a sus trabajos, los comercios fueron abriendo poco a poco, se restableció parcialmente el transporte, pero aún así las actividades continúan a medio gas y se mantiene la tensión y la incertidumbre.

Las fuerzas que apoyan a los golpistas convocaron una manifestación, alentada desde el gobierno de facto, que reunió a varios miles de personas frente a la sede de la ONU.

Allí criticaron a la Comunicad Internacional, a la que exigieron que no se inmiscuya en los asuntos de Honduras. Las consignas estaban en consonancia con el rechazo del gobierno de facto a la exigencia unánime de los países americanos y europeos de que el derrocado presidente Manuel Zelaya, sea restituido en la presidencia.

Esa sería la condición indispensable para que se reconozca el proceso electoral y los resultados de las elecciones previstas para el 29 de noviembre.

Paralelamente, los seguidores de Zelaya se concentraron en la Universidad Autónoma y mantienen marchas y movilizaciones en los barrios donde siguen registrándose enfrentamientos con la policía y donde protestan haya o no toque de queda. Los dirigentes del Comité de Resistencia al golpe han hecho llamamientos a que se procure evitar caer en provocaciones y estallidos de violencia.

Las gestiones diplomáticas para buscar una salida a la crisis continúan en varios frentes. El gobierno de facto ha aceptado una misión mediadora encabezada por el presidente costarricense Oscar Arias, por sugerencia del expresidente estadounidense Jimmy Carter.

El régimen hondureño ha exigido que a esa delegación se incorpore el vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela, al ser el nuevo gobierno panameño uno de los pocos que se ha mostrado comprensivo con el golpe de Estado.

Esa misión, según el gobierno de facto, obligaría a retrasar la visita de la delegación de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) encabezada por su secretario general José Miguel Insulza. A esta delegación se va a incorporar el Secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia.