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Benedicto XVI viaja a Praga en un viaje oficial de tres días

  • Benedicto XVI llega a Praga, en su primer viaje a la República Checa
  • Lanzará un mensaje para que los checos recuperan la fe perdida durante el comunismo

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Praga espera a Benedicto XVI en lo que es el decimotercer viaje del Papa alemán. Por delante quedan tres intensos días de trabajo, celebraciones eucarísticas y encuentros.

Es un viaje aparentemente cómodo y corto, sin temas espinosos que lo precedan. La caída del muro de Berlín y el acercamiento a la iglesia rusa estarán en el pensamiento del Papa los próximos días.

El desplazamiento supone apenas dos horas de avión para un Pontífice de 82 años y son sólo tres días alejado de su entorno.

Por tanto, a priori, peregrinaje tranquilo que está precedido por la última reflexión pontifical sobre la familia: la extensión del concepto de familia daña a los hijos, dijo el Papa.

Hay tres millones de católicos en la República Checa, lo que supone el 30% de la población. El lunes, el Papa alemán celebrará con ellos la fiesta de San Venceslao, patrono del país.

Antes de mediodía el Papa ya se encontrará en Praga, una ciudad que le espera con un contenido entusiasmo, bastante más flemático que los recibimientos multitudinarios que dispensó a Juan Pablo II en sus tres viajes a la República Checa.