El reverendo cazador de supernovas
- El reverendo australiano, de 72 años, tiene el récord de descubrimientos visuales de supernovas
- Owens "caza" las supernovas desde el porche de su casa en Hazelbrook, a 93 kilómetros al oeste de Sidney (Australia)
- En total ha encontrado 42 supernovas, no siempre con la misma intensidad
- Es capaz de recordar las posiciones de cerca de 1.500 galaxias
La afición por la astronomía de Robert Owen Evans, un amable reverendo australiano de 72 años, es la responsable de que ostente el récord de descubrimientos visuales de supernovas, conocidas por ser la fase final de las estrellas de gran masa.
La fascinación por cazar supernovas nació a mediados de los años cincuenta, reconoce Evans, que dedica alrededor de veinte horas mensuales a observar el universo desde el porche de su casa en Hazelbrook, a 93 kilómetros al oeste de Sidney (Australia).
"En 1956 supe que sólo se habían descubierto cincuenta supernovas y cuando miré la lista y vi cuán brillantes eran me dije: si tuviera un telescopio adecuado...", cuenta Evans.
La primera, en 1981
"Ahí empezó todo", añade. Un "largo proceso" que daría sus frutos a partir de 1981, cuando hizo su primer descubrimiento oficial de una supernova, una estrella en explosión que aumenta su brillo millones de veces y que se transforma luego en una estrella de neutrones o en un agujero negro.
Aquella primera vez fue "muy excitante", más aún cuando en el periodo de dos semanas, descubrió dos, recuerda Evans, invitado por CosmoCaixa, el Museo de la Ciencia de la Fundación "la Caixa" en Madrid.
Desde entonces, ha encontrado 42 supernovas no siempre con la misma intensidad: cazó tres en quince días, pero ninguna más en los tres años siguientes.
"Ser ministro de la Iglesia Unida de Australia no ayuda necesariamente a la afición astronómica, salvo en que me permitió trabajar durante una temporada en una parroquia en el campo y allí el cielo era limpio y negro", explica.
Memoria increíble
"En una ciudad hubiese sido imposible desarrollar esa afición", reconoce quien ha memorizado primeros planos del firmamento y es capaz de recordar las posiciones de cerca de 1.500 galaxias y de detectar cambios simplemente mirando a través de su telescopio.
Su rara habilidad hizo que el neurólogo Oliver Sacks incluyera su historia en su ensayo "Un antropólogo en marte", pero Evans niega ser sabio ni autista, como sostiene Sacks.
"A base de ver las galaxias sí que recuerdo la forma que tienen y las estrellas que sobresalen, pero no tengo memoria fotográfica", asegura.
La paciencia es una de las claves para haber logrado su récord, pero "también hay que saber jugar con los números", puntualiza, pues "si observas entre 400 y 800 galaxias al mes aumentan tus posibilidades de encontrar una supernova".
Solo con observación visual
Según Evans, su método basado en la observación visual no es el habitual, pues antes de 1990 los científicos buscaban supernovas a través de fotografías y archivos y ahora usan telescopios controlados por ordenador.
"Yo sigo viendo las galaxias con el ojo", subraya.
Evans, que ha recibido la Medalla de la Orden de Australia por sus contribuciones a la ciencia, asegura que los astrónomos no profesionales como él juegan "un papel muy importante" en el descubrimiento de supernovas, "porque hacen la observación rutinaria que los profesionales no tienen tiempo de hacer".
Este ministro metodista, ya jubilado, que es capaz de observar entre 50 y 55 galaxias por hora, confía en descubrir más supernovas pese a que "el ambiente sea hoy mucho más competitivo" y exista una poderosa industria involucrada en la astronomía.
"Hay quien usa los mejores y más grandes telescopios para encontrar las supernovas e incluso aquellas situadas a mil millones de años luz de aquí", sentencia.
Pero al reverendo no parece preocuparle demasiado esta rivalidad; su ojo seguirá buscando supernovas en noches estrelladas y "campos marrones" desde el porche de su casa, en el hemisferio sur, o en sus visitas puntuales al norte.