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Alonso y cinco diputados socialistas, "con la puerta en las narices" por llegar tarde a votar

  • No han podido votar porque la puerta del hemiciclo del Congreso estaba ya cerrada
  • El portavoz parlamenterio del PSOE ha explicado que no ha oído la llamada para votar
  • La ausencia no ha sido significativa porque esta mañana faltaban 50 diputados
  • Entre ellos Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero que están en Copenhague

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El portavoz socialista, José Antonio Alonso, a la derecha, y Francisco Jorquera se dirigen al presidente del Congreso, José Bono, tras el incidente.
El portavoz socialista, José Antonio Alonso, a la derecha, se dirige al presidente del Congreso, José Bono, tras el incidente.

El portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso, y otros cinco diputados del PSOE se han quedado esta mañana "con la puerta en las narices" sin poder votar en el pleno del Congreso. El hemiciclo estaba cerrado a cal y canto para quien llega tarde a las votaciones como es costumbre.

La escena, de la que han sido testigos muchos periodistas parlamentarios, fotógrafos y cámaras de televisión, se ha vivido cuando los diputados ya abordaban las votaciones de la jornada de este jueves, que en esta legislatura se realizan siempre de forma acumulada.

Apurado y a la carrera, Alonso ha aparecido por el pasillo cuando el presidente de la Cámara, José Bono, ya había enunciado el título del primer asunto sometido a la consideración del pleno.

Junto a él, el presidente de la Comisión de Economía del Congreso, Antonio Gutiérrez, que todavía sin haber recuperado el aliento por su "sprint", le ayudaba a tratar de abrir la puerta. Vano intento.

Monsterrat Colldeforns, Gloria Rivero, Josep Santamaría y el diputado más "novato" de la Cámara, Pedro Sánchez, sustituto de Pedro Solbes en el escaño, también se han agolpado ante la puerta.

En sus rostros, la frustración era visible

por no poder votar.

Alonso lo ha intentado por la conocida M-30

Como jefe de filas del PSOE, Alonso ha tenido la idea de buscar un acceso alternativo, y desde el pasillo principal ha saltado hacia el que circunvala el hemiciclo, conocido en el Parlamento como la M-30.

Tampoco ha logrado entrar. Esa segunda puerta también estaba cerrada, y bien cerrada, porque los esfuerzos de Antonio Gutiérrez por abrirla han resultado completamente inútiles.

El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, es otro que se ha quedado fuera; "estaba en una reunión y no he oído el aviso", ha explicado a modo de excusa.

José Antonio Alonso ha coincidido en que no había escuchado los timbres que avisan con antelación, en todos los edificios parlamentarios, de que va a celebrarse una votación.

"Din don din don" con bastante anticipación

De hecho, desde que se ampliaron las dependencias del Congreso, la sintonía del "din don din don" se activa con bastante anticipación, porque hay despachos situados a bastantes minutos del salón de plenos, previo paso por escaleras, ascensores e incluso un túnel bajo la Carrera de San Jerónimo.

Mientras aguardaba a que terminaran las votaciones, Alonso ha aprovechado para hacer unas declaraciones en apoyo a la candidatura de Madrid para las Olimpiadas de 2016.

No obstante, la ausencia de los diputados del PSOE no ha sido muy significativa en el panel de votaciones, porque han faltado más de 50 diputados de varios grupos.

Entre ellos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero -que está en Copenhague dentro de la delegación española que va a defender la candidatura madrileña a los Juegos Olímpicos- y los demás miembros del Ejecutivo, salvo la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, única sentada en el banco azul.

Tampoco estaba el líder del PP, Mariano Rajoy, al que los periodistas han buscado sin éxito para tratar de recabar información de primera mano sobre la reunión secreta que mantuvo en Alarcón (Cuenca), con el presidente valenciano, Francisco Camps.

Sí estaba dentro la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, pero ha entrado y salido del pleno de tal manera que los que en este caso se han quedado con un palmo en las narices han sido los periodistas, que no han podido ni verla, ni hablar con ella.