Los analistas de EE.UU acogen con escepticismo y guasa el Nobel de Obama
- "¿Es el día de los Inocentes?"
- "Cómo se dice prematuro en noruego?"
- "Obama debería declinar el premio"
- "Con qué méritos concretos lo gana?"
- "Oslo gana a Copenhague"
A medida que avanza el día y se digiere la noticia en Estados Unidos, los analistas y políticos pasan de la sorpresa inicial a la crítica y la guasa. El comentario más divertido lo han protagonizado miembros del personal de la Casa Blanca. "¿Es el día de los Inocentes?".
Sin duda, hay voces que felicitan a Obama por el galardón, como James Zogby, presidente del Institutuo Árabe-americano, que considera que si tiene méritos para recibirlo, gracias al impulso que ha dado a las relaciones internacionales.
Pero la sorna se extiende a todo el espectro político. El analista del prestigioso Instituto Brookings, Michael Fullilove, se pregunta cómo se dice "prematuro" en noruego. Es el argumento de fondo: un premio Nobel concedido a un presidente que apenas lleva nueve meses en la Casa Blanca y que todavía no ha conseguido ningún logro concreto en su política internacional.
¿Cuáles son los méritos?
Cesar Conda, estratega republicano que asesoró a Cheney y Romney, se pregunta cuáles son los méritos que ha valorado el comité Nobel para conceder su premio de la Paz.
El periodista y miembro del Consejo de Relaciones Internacionales, Thomas Lippman, va más allá y considera que el Nobel de la Paz ya tiene una historia infame y que esta última "farsa, no le va a devolver el lustre". Añade que Obama no ha hecho nada para merecerlo y da la puntilla: "¿Afganistán?"
Nobel por la mañana, Afganistán por la tarde
El corresponsal de la CNN en la Casa Blanca, un medio liberal, ha cogido el envite al vuelo y ha resumido con sorna la incoherencia del galardón. Obama recibe el Nobel por la mañana y esta misma tarde tiene que decidir si envía más tropas a Afganistán, como le piden sus generales.
Es la crítica generalizada: la inefectividad del Presidente ante los retos. Con dos borrones destacados: el paro y la reforma sanitaria. Walter Russel Mead, asesor de Kissinger, otro Nobel, sigue con la sorna: "estupendas noticias para el Presidente, estupendas para los EE.UU., esperemos que gane otros dos antes de que termine su mandato".
Rechazar el premio
Quizás la voz más pragmática ha sido la del ex embajador de EE.UU. ante Naciones Unidas, John Bolton, que ha aconsejado a Obama que decline el galardón.
En los extremos, el locutor radiofónico, Rush Limbaugh, de extrema derecha, no se ha andado con paños calientes y ha calificado el premio de absoluto desastre. En cambio, el jefe de gabinete de Obama, Rahm Emanuel, ha zanjado la discusión con retranca: "Oslo gana a Copenhague", en alusión a la derrota de Chicago como sede olímpica.