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Prisión para el etarra Murillo por el asesinato de un policía en Pamplona

  • El presunto terrorista fue entregado este jueves por las autoridades de Francia
  • El juez Garzón le imputa nueve delitos de asesinato, uno consumado y ocho en tentativa
  • Habría participado en un ataque con lanzagranadas contra una tanqueta de la policía en 1982

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El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha enviado a prisión al presunto etarra Esteban Murillo Zubiri, entregado este jueves por Francia, por su supuesta participación en un atentado en Pamplona en 1982 que costó la vida a un policía nacional e hirió de distinta consideración a otros ocho.

Así lo acordó el magistrado después de que las autoridades francesas entregaran a Murillo Zubiri, al que Garzón le imputa nueve delitos de asesinatos terrorista, uno consumado y ocho en grado de tentativa y un delito de integración en banda terrorista.

En el auto de prisión, el juez relata que a finales de enero de 1982, los integrantes del comando Nafarroa de ETA Juan José Legarburu Guerediaga, José María Zaldúa Corta, Aitona, y Mercedes Galdós Arsuaga, Vichori, cruzaron la frontera franco española con abundante armamento y Murillo Zubiri los recogió y los alojó en su domicilio de Pamplona.

Los cuatro terroristas, añade el juez, prepararon durante semanas en ese piso la acción violenta contra una tanqueta de la Policía Nacional.

Atentado mortal

Así, sobre la una de la madrugada del 17 de abril de 1982 los tres etarras que alojó Murillo salieron de su domicilio y se reunieron con otro grupo de apoyo, denominado X-1, y se dirigieron al barrio de La Chantrea para robar un vehículo, para lo que retuvieron al dueño del vehículo y a su hermano.

Una vez que Galdós, Legorburu y Zaldúa se separaron del otro grupo se desplazaron hasta la Avenida de Irache, donde les esperaban Odón Ulibarrena y Mikel de Mezquiriz para apoyarles en el atentado.

Los integrantes del comando Nafarroa se dirigieron al Puente Viejo de la Magdalena y sobre las tres de la madrugada Zaldúa disparó un lanzagranadas contra la tanqueta de la Policía Nacional, lo que causó la muerte de un agente, hirió de gravedad a otro y los otros siete resultaron ilesos, tras lo que los etarras huyeron.

Huída y detención

Murillo huyó de su domicilio en 1986, a raíz de la caída de los miembros liberados (a sueldo) del comando Nafarroa, y fue detenido en el aeropuerto de Amsterdam en enero de 1999, procedente de México.

Holanda lo extraditó el 27 de julio de 2000 -fue el primer presunto etarra que entregaban las autoridades holandesas a España- para ser juzgado por su participación en el asesinato del Policía Ángel Postigo Mejías, en 1980, aunque tras la celebración del juicio resultó absuelto al no quedar probada su participación en el asesinato.