Barroso eleva el tono contra Klaus y exige a los checos que cumplan "sus obligaciones"
- Exige al primer ministro checo que su presidente no invente "barreras artificiales"
- Recuerda que el derecho europeo se basa "en la buena fe y la cooperación sincera"
- Klaus ha condicionado su firma a la exención de su país al capítulo de derechos y deberes
- Polonia y Reino Unido tienen protocolos similares pero exigiría una nueva ratificación
- El gobierno checo pide que se apruebe una declaración política en el próximo consejo europeo
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha instado a los checos a "cumplir con sus obligaciones" con la firma del Tratado de Lisboa y no inventar "barreras artificiales", después de los intentos de bloquearlo por parte de los políticos euroescépticos capitaneados por el presidente del país, Vaclav Klaus.
"Realmente espero que la República Checa cumpla con sus obligaciones", ha declarado a los periodistas tras una reunión con el primer ministro checo, Jan Fischer.
"Es interés de la República Checa no retrasar aún más las cosas", ha insistito el presidente de la comisión, que ha expresado su esperanza de que no hubiera "barreras artificiales".
"Es mi deber decir que la UE se basa en una serie de principios y valores", ha recordado Barroso, que ha añadido en una clara advertencia al presidente Klaus: "Y un principio de Derecho europeo e internacional es la buena fe y cooperación sincera entre los Estados miembros".
No a una nueva ratificación
Klaus ha condicionado su firma a la exención de su país al capítulo de derechos y deberes para prevenir cualquier retorno de los bienes decomisados alemanes de los Sudetes después de la Segunda Guerra Mundial, en virtud de decretos firmados por el entonces presidente checoslovaco, Edvard Benes.
El problema es que si el jefe del Gobierno checo insiste en una excepción con el mismo valor jurídico que la que tienen ya Polonia y Reino Unido probablemente tendrían que empezar de nuevo los procedimientos de ratificación del texto en todos los países de la Unión Europea.
"No podemos volver a abrir el proceso de ratificación que sería absurdo y surrealista", ha advertido Barroso.
Por su parte, el primer ministro de transición checo, Jan Fischer, que se encuentra políticamente debilitado, ha reafirmado que se va a encontrar una solución que no suponga una reapertura de la ratificación.
Solución intermedia
En su opinión, la opción de compromiso que se está estudiando es que los líderes de los 27 aprueben en su próxima cumbre a finales de octubre "una declaración política" para garantizar la cuestión planteada por el Presidente Klaus y que posteriormente convertirse en un protocolo.
Este protocolo se adjuntaría al Tratado de adhesión de Croacia a la Unión Europea, sujeto a la ratificación en 2011, cuando el país balcánico ha concluido sus negociaciones.
La cuestión es si los países europeos estarán de acuerdo en ceder al chantaje Presidente Klaus, sea cual sea la forma jurídica, ya que supondría el peligro de crear un precedente peligroso.