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Delibes, el cazador de letras, cumple 89 años

  • El escritor se define como "huraño y retraído" y con tendencia a la tristeza
  • Reacio a las nuevas tecnologías considera internet "una cosa del demonio"

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Miguel Delibes cumple este sabado 89 años de una vida plena dedicada a su gran pasión, la caza de animales y palabras. Un hombre "auténtico de veras", según Guillén, que está "muy al tanto de todo" pero no se inclina ante nada.

El escritor vallisoletano se considera propenso a la tristeza y al pesimismo, aunque cree tener controlados esos rasgos de su carácter. También se define como "huraño y retraído" pero matiza que no le gusta "conversar con la gente a codazos" y que le alegra hablar con sus semejantes "uno a uno, dos a dos, o tres a tres, pero no más".

Cuando era niño, la sombra de la posible muerte de su padre oscureció sus primeros años y el miedo a quedarse solo marcó su carácter de por vida.

Miguel Delibes: "De pequeño me turbó la idea de que mi padre se muriera y me dejara solo"

Delibes denuncia en sus novelas y artículos los daños causados a la naturaleza, es muy sensible de la fragilidad del entorno y sale al campo "a comprobar si sus reflejos, sus músculos y sus nervios están a punto" cotejándolos con los de animales escurridizos como la trucha o la perdiz.

El que fue director de El Norte de Castilla empezó en la redacción como caricaturista y luego tuvo que "soltar la pluma para redactar los sucesos y las necrológicas", al tiempo que estudiaba Derecho y Comercio.

"Internet del demonio"

Reacio a adoptar las nuevas tecnologías, incluso la máquina de escribir, internet le parece "una cosa del demonio" y echa de menos los cuentos de los abuelos al calor del hogar, opina que la televisión es ahora "la que cuenta historias y el abuelo permanece callado en el sofá".

Delibes siempre ha tomado "partido por los débiles" según sus propias palabras. Una convicción que traspasa toda su literatura en la que aborda la estructura oligárquica de la vida campesina, el torpe avance del progreso, el abandono de la tierra y la pérdida de una genuina sabiduría popular.

La mirada del escritor sobre los niños siempre es de igual a igual, ya sea en un ambiente urbano en El príncipe destronado, donde el pequeño de la casa tiene que lidiar con la llegada de una hermanita o en El camino donde Daniel El Mochuelo tiene que dejar el pueblo, un libro que TVE convirtió en serie de televisión.

La naturaleza, la infancia y la muerte, constantes en la obra de Delibes

Las adaptaciones de sus novelas han triunfado en el teatro, Cinco horas con Mario es uno de los éxitos más longevos de la escena española, y en el cine, la versión de Los Santos Inocentes, dirigida por Mario Camus y protagonizada por Alfredo Landa y Paco Rabal con unas interpretaciones memorables, que fueron premiadas en el Festival de Cannes.

Delibes concibe la escritura como la práctica de un humanismo muy arraigado en las virtudes de la tierra, respetuoso con la tradición popular, atento al precario equilibrio del medio y al cuidado de la naturaleza y busca en la expresión escrita la forma "más precisa y brillante".

Premio Nadal en 1947 con La sombra del cipres es alargada, Delibes ha obtenido los máximos galardones literarios españoles, el Príncipe de Asturias en 1982, el de las Letras Españolas en 1991 y el Cervantes en 1993 por su extensa obra.