Neira recibe la Medalla de Oro del Senado y apela a la unidad política contra el maltrato
- El profesor denuncia que algunos hombres quieran mujeres cultas y a la vez siervas
- El Senado pretende reconoce el dolor de miles de mujeres sometidas a esclavitud
- Neira insta a la unidad de todos los partidos ante un problema que no entiende de siglas
- El presidente de la Cámara Alta critica que perviva la cultura machista
El profesor Jesús Neira, que ha recibido la Medalla de Oro del Senado, ha apelado a la unidad de los partidos para eliminar la violencia machista y ha recalcado el error que cometen los hombres al pretender mujeres independientes, cultas y divertidas, al tiempo que siervas y sumisas.
Tras la entrega de la distinción por parte del presidente de la Cámara alta, Javier Rojo, Neira ha intervenido de pie durante casi 20 minutos ante numerosos familiares, amigos y senadores en el salón de los Pasos Perdidos, en donde ha hecho gala de su buen humor y buen estado físico.
En palabras del profesor, hospitalizado durante ocho meses tras sufrir una brutal agresión cuando intentaba ayudar a una mujer que estaba siendo supuestamente golpeada por su pareja, el Senado ha querido reconocer con este acto el inmenso y terrible dolor de miles y miles de mujeres que quieren ser llevadas a algo inaceptable: a una situación de esclavitud.
La Medalla de Oro, que en esta legislatura también ha sido concedida a título póstumo a Vicente Ferrer y a Gabriel Cisneros, ha sido una iniciativa promovida por las senadoras y reconoce "el máximo compromiso" de la persona con la sociedad.
Durante su intervención, Neira ha subrayado la incompatibilidad de desear que las mujeres sean cultas, tengan independencia, vayan a la universidad, desarrollen su profesión, sean simpáticas, rápidas de reflejos, divertidas y, además, "parece increíble, algunos las quieren sumisas y siervas".
Un problema sin siglas políticas
El choque de pensamientos que esto produce genera la brutal violencia sobre ellas y que, al contrario de la violencia física, no tiene límites en la mente del hombre, ha subrayado el profesor, que en los últimos meses ha leído miles de cartas de maltratadas.
En violencia machista, "hay una cierta unidad de criterio y una voluntad unitaria de todas las fuerzas políticas, es fundamental porque estamos ante un problema que no tiene siglas ni cuestiones políticas detrás".
Cuando el problema es insidioso y no es rápido de resolver, "es muy conveniente esta unidad", ha indicado el profesor, quien ha confesado que antes de ingresar en el hospital Puerta de Hierro era un hombre "descomunal" en cuya cabeza cabían dos cosas: las mujeres y la Teoría del Estado. Hoy, "extrañamente sólo pienso en una cosa: en comer, es increíble, dicen que no me han tocado nada, pero yo desde luego no era así antes".
Durante su intervención, el presidente del Senado ha dicho sentir vergüenza como ciudadano pero, sobre todo como responsable político, de que aún se mantenga una cultura autoritaria y machista, que considera normal la subordinación de la mujer al hombre.
"Detrás del dolor de las mujeres está el fracaso de nuestra sociedad para garantizar la dignidad humana. Que nadie tenga ninguna duda de ello. Mientras no se erradiquen las conductas criminales que pretende mantener sometida a la mujer, mediante la amenaza y la agresión, no habremos recorrido todo el camino de la libertad y dignidad", ha añadido Rojo.