El padre de la arroba reconoce que lleva "entre 30 y 40 años" sin mandar una carta
- Raymond Samuel Tomlinson recoge el viernes el premio Principe de Asturias
- Ideó la arroba y envió en 1971 el primer e-mail de la historia
- Comparte premio con el padre del teléfono móvil
- Los Principes de Asturias ya han llegado a Oviedo para entregar los Premios
- Perfil: Tomlinson, el hombre que salvó a la arroba
El origen de la arroba
La arroba es un símbolo de origen árabe. Viene de 'al-rub', un cuarto, y designa una medida de volumen o peso variable según épocas y regiones. El dibujo de una 'a' rodeada por su propio rabillo es muy antiguo, ya que era de uso común en el siglo XVI como indicación de medida. Con el tiempo acabaría por transformarse en un término comercial que designaba el precio de un grupo de compras; así, en el mundo anglosajón acabó por identificarse y pronunciarse como la palabra 'at' (a; como en cinco barriles 'a' 100 maravedíes cada uno). Por eso la arroba era uno de los pocos signos de puntuación en los primeros teclados.
El padre del correo electrónico, el ingeniero estadounidense Raymond Samuel Tomlinson, ha considerado que el único factor limitador del desarrollo de internet, que no está todavía "a pleno rendimiento" a pesar de su elevado ritmo de desarrollo en los últimos años, son "las ideas y no la tecnología".
Tomlinson, que ideó el uso de la arroba "@" para separar el nombre del destinatario del ordenador receptor y envió en 1971 el primer correo electrónico de la historia formado por las letras de la línea superior del teclado "QWERTYUIOP", recibirá el viernes en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica que comparte con Martin Cooper, padre del teléfono móvil.
En rueda de prensa, ha calificado de "gratificante" sentirse responsable de haber cambiado para siempre el modo de comunicarse de las personas con su descubrimiento cuando trabajaba en el desarrollo de la red ARPA del Departamento de Defensa norteamericano donde, sin el conocimiento de sus jefes y en secreto, empezó a intercambiar mensajes entre ordenadores conectados por líneas telefónicas.
En este sentido, ha confesado llevar "entre treinta y cuarenta años" sin enviar una carta por correo postal, a las que ha asegurado que tampoco era muy aficionado antes del desarrollo de internet, y, de forma tajante, ha afirmado que no fue él sino "otro" el inventor del spam, el correo electrónico no deseado.
Un éxito inesperado
El ingeniero estadounidense ha asegurado que al desarrollar su invento no pensó que su uso se generalizaría de forma masiva y sólo pensó que sería útil para quienes tuviesen ordenador que, en el ámbito donde trabajaba, se limitaba a unos 28 terminales a las que tenían acceso apenas un millar de personas.
Tras extenderse el uso del correo electrónico, Tomlinson empezó a darse cuenta de su influencia tras recibir un mensaje que repetía tres veces la palabra gracias enviado por una conocida que, gracias a esta tecnología, pudo comunicarse con un grupo de personas que sufrían la misma enfermedad que afectaba a uno de sus familiares.
A pesar de admitir que el e-mail ha supuesto incluso un cambio psicológico en la manera de comunicarse entre las personas por su inmediatez, su inventor considera que la rapidez que brinda no obliga necesariamente a responder de forma instantánea.
"A veces no nos tomamos el suficiente tiempo de reflexión sobre lo que decimos en un correo electrónico y llegamos a conclusiones inadecuadas, pero el causante no es el e-mail sino el usuario que también tiene la posibilidad de pensar y editar su respuesta", ha añadido.
El ingeniero estadounidense, cuya candidatura conjunta con Cooper para el premio fue propuesta por el 'padre' de Internet, Vinton Cerf, fue distinguido por el jurado por su contribución decisiva "al avance del conocimiento" con un galardón cuya existencia desconocía hasta que lo obtuvo y del que le sorprende "todo lo que representa".