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Las niñas chinas y los ciudadanos de países del Este, los inmigrantes que más leen en España

  • Son la población "más lectora" del colectivo de inmigrantes en España
  • Las niñas de origen chino también ejercen de traductoras
  • Son algunas de las conclusiones de un estudio del Ministerio de Cultura

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Las niñas chinas y las personas de países del Este son la población "más lectora" del colectivo de inmigrantes Cultura presenta un estudio de percepción de los inmigrantes sobre la lectura y otro que da "un notable" a las bibliotecas públicas

A la hora de coger un libro, las niñas chinas y las personas de los países del Este son los menos perezosos. Son la población "más lectora" del colectivo de inmigrantes en España, según los datos del primer estudio cualitativo de percepción de los inmigrantes sobre la lectura, realizado por el Ministerio de Cultura.

De esta encuesta también se desprende que los inmigrantes, pese a leer prensa gratuita, o las noticias en Internet, se consideran "no lectores".

¿Cuánto leen los inmigrantes?

El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, y el presidente de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (encargada de realizar el muestreo), Antonio Basanta, han dado a conocer este lunes los datos de un estudio centrado en el comportamiento lector del colectivo de inmigrantes.

Pese a representar a 16 grupos de discusión (unos 80 inmigrantes) del distrito de Arganzuela de Madrid, se trata de un primer estudio "cualitativo", y no pierde relevancia por ello.

Las niñas chinas ejercen de traductoras en sus familias y les gusta leer

Basanta ha recalcado que "si midiéramos la práctica real de lectura en inmigrantes adultos, el panorama sería desolador" y ha recordado que, lo que sucede en España con los inmigrantes y la lectura, podría perfectamente trasladarse a la situación de los españoles en la Suiza de los años 60.

Se confiesan "no lectores"

Entre la población estudiada, cuatro grupos que comprenden a los ciudadanos chinos, los marroquíes, los de países del Este y los de Hispanoamérica, las niñas chinas han resultado ser, junto a la población de los países de la Europa del Este, los que más leen. Las primeras ejercen de traductoras en sus familias y les gusta leer.

Si bien la población adulta inmigrante se confiesa "no lectora", Antonio Basanta ha precisado que sí leen prensa gratuita o consultan Internet. De todos modos, los adultos no leen en sus ratos de ocio porque alegan no tener tiempo libre. Los niños sí asemejan sus prácticas lectoras a las de los niños españoles.

El estudio arroja una contradicción.Por un lado, los adultos opinan que la lectura puede ir contra hábitos de vida saludable (al provocar pérdida de visión y ser una  práctica sedentaria), creen que no es una actividad de socialización y perciben la lectura como un "ocio lujoso" (ven al potencial lector sentado en una gran biblioteca con libros de bonitos y lujosos lomos) .

Pero sí creen que la lectura es necesaria para conocer el entorno en el que viven, educar y críar a sus hijos o mantener un nexo de unión con sus respectivas culturas. Además, otra conclusión de este primer estudio del Ministerio de Cultura, indica que el disfrute en la lectura queda reducido a un grupo muy reducido de los inmigrantes. 

Entre los adultos se cree que a la lectura se dedica gente con mucho dinero

Ciudadanos de segunda

En general, este colectivo (que representa a más del 10 por ciento de la población española) considera que los libros son caros. Define su vida diaria marcada bajo la presión en el trabajo, los problemas de vivienda o de adaptación; son familias desestructuradas; y se sienten como "ciudadanos de segunda".

Los adultos prefieren aprovechar su tiempo libre en pasear, ver la televisión o hablar con su familia en los países de origen. "Para soñar o imaginar ya tengo las películas de la televisión" o "a la lectura se dedica gente con mucho dinero", son algunas de sus creencias. Los niños, sin embargo, ven en la lectura su segunda opción para llenar su tiempo de ocio.

El estudio no refleja porcentajes de lectores ni hace comparaciones con los lectores de nacionalidad española. La única referencia a este respecto son los estudios realizados en las prisiones españolas al colectivo de inmigrantes (los chinos son los menos representados) y del que se desprende que los ciudadanos de los países del Este son los que más lectura solicitan y que los de origen árabe leen menos pero entre sus peticiones siempre está el Corán.

De este primer acercamiento, también se desprenden los gustos lectores de los inmigrantes: los 'bestseller' son los más solicitados por iberoamericanos y europeos; los manuales de cocina o bricolaje por los iberoamericanos y marroquíes; y el uso de Internet está más generalizado entre los de países de América Latina, europeos y chinos.