El lanzamiento del nuevo cohete de la NASA, suspendido por el mal tiempo
- El tiempo "no ha colaborado" y ha obligado a la NASA a cancelar el lanzamiento
- El lanzamiento se había visto retrasado varias veces a lo largo del día
- Es una versión de prueba del cohete que tiene el peso y tamaño del definitivo
El lanzamiento del nuevo cohete de la NASA, el Ares, en Cabo Cañaveral ha tenido que ser finalmente suspendido debido a que las condiciones meteorológicas no eran las oportunas para la prueba.
Según informa la NASA en su página web, "el tiempo no ha cooperado con el lanzamiento del Ares I-X", por lo que el equipo se ha visto obligado a aplazar definitivamente el lanzamiento y estudian si hacer un nuevo intento mañana.
Las nubes han rodeado durante todo el día al cohete y la agencia espacial necesitaba que el cielo estuviera despejado, por lo que han ido posponiendo sucesivamente la hora del despegue a la espera de que el tiempo mejorara.
Dado que éste es el primer lanzamiento del Ares, un aspecto importante para la NASA es la fotografía y filmación de todos los detalles, y eso requiere una buena visibilidad.
El vuelo de prueba es crucial para los planes de la NASA: el cohete Ares -que en esta ocasión lleva una cabina sin tripulantes- será el transporte a órbita de los astronautas después que Estados Unidos dé por terminado el uso de sus transbordadores espaciales.
El prototipo Ares I-X erguido ahora en Cabo Cañaveral es una versión de prueba del cohete Ares I que, de acuerdo con el programa Constellation de la NASA, colocará a los astronautas en órbitas bajas de la Tierra en una cápsula Orion.
El cohete de prueba incluye un primer segmento real, un segundo segmento simulado y una cápsula Orion simulada en el tope. El conjunto tiene el peso y tamaño aproximados del Ares I real, el cohete propulsor en servicio más alto, que mide unos 100 metros.
Peligros del experimento
El Ares es un cohete que todavía no se ha probado, y los técnicos de misión explicaron que este lanzamiento supone algunos peligros.
Si el cohete se desvía mucho de su curso y amenaza algún área poblada, un mecanismo explosivo a bordo podría destruirlo.
Otro peligro es que a unos 2,5 kilómetros en la Rampa 39A se halla el transbordador Atlantis, preparado para su próxima misión. Si el Ares I-X estallara en el lanzamiento podría causar daños al transbordador.
A los técnicos también les preocupa el riesgo de triboelectrificación, un fenómeno que ocurre cuando un cohete atraviesa las nubes y causa electricidad estática que puede interferir con los instrumentos a bordo.