Merkel y Sarkozy se reúnen para decidir si apoyan a Blair como presidente de la UE
- Ambos mandatarios mantendrán una reunión esta noche en el Elíseo
- El jueves se reúne el Consejo Europeo en Bruselas
- Si se opta por un liderazgo fuerte, Blair es el favorito
- Si se opta por un candidato de consenso, los países pequeños son favoritos
- El gobierno español apuesta por el holandés Balkenende como 'tercera vía'
Si esta noche hubiese una cámara en el Palacio del Elíseo, donde cenan el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Ángela Merkel, a buen seguro que Tony Blair pagaría lo que fuese para escuchar lo que dicen. Y es que, en gran medida, mientras departen ambos mandatarios estarán decidiendo su futuro político.
Las cartas están sobre la mesa: Sarkozy ha sido desde el principio el valedor de Blair para ser el presidente de la UE cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa, que está a la espera de la firma del presidente checo, Vaclav Klaus.
En cambio, Merkel no ha expresado su postura, aunque parece que se inclina a dar su apoyo a un candidato de un país pequeño.
"Si los franceses y los alemanes insisten en alguien no veo quien podría pararlos", ha confesado un diplomático europeo.
Consejo Europeo
Ambos se reúnen tan sólo unas horas después de que el Bundestag ratifase la investidura de Merkel, lo que "marca la fuerza de un vínculo único entre los dos países", según señala la declaración difundida por el Elíseo con motivo de la visita de la canciller alemana.
Al día siguiente, el Consejo Europeo se reúne en Bruselas sin el nombramiento de presidente de la UE o de Alto Representante de Política Exterior en la agenda (no sería prudente hasta que los checos no lo ratifiquen) pero con la voluntad de definir el perfil de la persona que tendría que ocupar ese cargo.
De hecho, la presidencia sueca de turno de la Unión Europea ha descartadi que los líderes europeos tomen una decisión sobre los nombramientos de los cargos de alto nivel que creará el nuevo tratado europeo.
"No tenemos la intención de plantear un debate sobre los nombramientos", ha asegurado un representante de la presidencia a propósito de la reunión que celebrarán el jueves y el viernes, en Bruselas, los jefes de estado o gobierno europeos.
Consenso o liderazgo
Así las cosas, si los líderes europeos optasen por una persona de influencia internacional, capaz de representar por sí misma a los 27 en los grandes foros mundiales, parece que el candidato evidente es Blair.
En cambio, si se desea un presidente que actúe por consenso y que se dedique a poner de acuerdo al conjunto de posturas que hay en el seno de la UE con un perfil bajo, el asunto cambia de manera considerable.
Esas dos palabras, liderazgo y consenso, actúan como tótem de los que hacen campaña por la opción de Blair y por la anti-Blair, que se resume en un magma de nombres procedentes de países pequeños, con el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker como figura predominante y el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende como 'tapado' que más posibilidades reales tiene de llevarse el puesto.
"Todo va de si los líderes europeos quieren a un líder fuerte para el puesto", ha recalcado el ministro de Exteriores británico, David Miliband, que estos días hace campaña en Bruselas por la candidatura de Blair.
"Europa debería estar representada por alguien cuya principal preocupación sea servir a Europa y unificarla a través de un consenso virtuoso y no hacer como que la representa en el extranjero sin que haya un consenso real", ha declarado Juncker en una entrevista con el periódico francés Le Monde, donde ha dejado claro que no rechazaría el puesto.
El problema británico
Paradójicamente, Blair tiene en su contra el ser británico y el no ser representativo de la realidad política de su propio país. Por un lado, hasta el propio Sarkozy ha reconocido que pertenecer a un país que no es miembro del euro y en el que triunfan las actitudes euroescépticas no le hace ningún favor.
Por otro, los conservadores británicos, que probablemente ganan las legislativas del año próximo, están haciendo una intensa campaña contra él.
Más aún, Blair ni siquiera cuenta con el apoyo de su teórica familia política, los socialistas europeos, que lo rechazan por su apoyo a la Guerra de Irak.
De hecho, ellos mismos dan por hecho que un conservador será el nuevo presidente de la UE y se conforman con aspirar al puesto de Alto Representante, que ya ostenta un socialista.
Mientras tanto, Juncker es rechazado por Reino Unido por sus actitudes demasiado federalistas y por Francia, debido a su papel como presidente del eurogrupo y su postura sobre las leyes del secreto bancario.
Las miradas entonces giran hacia Balkenende: conservador, europeísta, de un país pequeño que fue uno de los fundadores de la UE. Los otros candidatos en la terna, como el liberal belga Verhofstadt, el finés Paavo Liponen o la irlandesa Mary Robinson no parece que tengan la misma fuerza que su candidatura.
Fuentes del gobierno español ya han declarado a Balkenende su favorito, mientras señalan a Miliband, dirigente laborista británico, como el idea para ser alto representante. De esta forma, el nuevo organigrama europeo cumpliría los deseos de todos sin molestar: un dirigente de un país pequeño por consenso y un diplomático 'blairita' para hacerse cargo de la representación exterior.