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Cuatro pandilleros de una mara guatemalteca, quemados vivos hasta la muerte

  • EL día anterior habían herido de bala a un hombre
  • Han sido quemados por los propios vecinos
  • Pertenecen a "La Mara Salvatrucha", una de las más violentas de Latinoamérica
  • Los guatemaltecos se toman la justicia por su mano ante la ineficacia policial

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Cuatro pandilleros han sido vapuleados y quemados vivos hasta la muerte por una enardecida turba de indígenas en una comunidad guatemalteca del departamento noroccidental de Huehuetenango, según ha informado una fuente policial.

Las víctimas habían asaltado a un cambista de moneda extranjera,  identificado como Candelario Leiva, de 65 años, al que hirieron de bala el miércoles en la localidad de La Mesilla (Huehuetenango), fronteriza con México, y huyeron en un taxi, según ha confirmado el jefe de la Comisaría de la Policía Nacional Civil (PNC) en Huehuetenango, Luis Say.

Los vecinos de la comunidad fueron alertados del hecho y les dieron alcance en la aldea San Isidro, donde los vapulearon y luego los quemaron vivos hasta matarlos, ha agregado el jefe policial.

"La Mara Salvatrucha"

Los linchados, que no han sido identificados, pertenecían a la Mara Salvatrucha (MS), de acuerdo con la versión oficial.

La Mara Salvatrucha es una de las pandillas juveniles de Guatemala más violentas. Con un lenguaje propio, tatuajes y códigos, esta banda vive una guerra sin cuartel por hacerse con el liderazgo de las maras en América Latina.

Precisamente, esas luchas de poder entre maras le costó la vida al fotógrafo hispano-francés, Christian Poveda, que fue asesinado el 2 de septiembre en los suburbios de San Salvador.

Poveda se había infiltrado en la salvadoreña "Mara 18" para rodar el documental La vida loca, en el que retrata el día a día de estos pandilleros. Sin embargo, su propósito iba más alla, porque el fotógrafo pretendia que la "Mara 18" y la "Salvatrucha" llegaran a un acuerdo o a un entendimiento de paz en El Salvador. Un entendimiento que nunca llegó porque, para estas bandas criminales, la guerra es un negocio.

Según la organización humanitaria guatemalteca Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), durante este año se han incrementado un 17% los casos de linchamientos en relación con 2008.

Entre enero y septiembre de este año, 110 personas fueron linchadas, 28 de las cuales murieron a manos de las turbas en diferentes partes del interior de Guatemala.

El director del GAM, Mario Polanco, atribuye el aumento de los linchamientos "a la desesperación de los guatemaltecos por la falta de respuestas de las instituciones de brindar seguridad y de impartir justicia en Guatemala".

Esa indiferencia "ha generado frustración, odio y temor", y la población recurre a la violencia para solucionar la situación de inseguridad, ha afirmado Polanco.