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La UE cierra la puerta a Blair y se la abre a su delfín Miliband

  • Francia y Alemania no respaldan al ex primer ministro británico
  • David Miliband, que creció a su sombra, podría ser el gran beneficiado
  • El ministro de Exteriores británico suena para Alto Representante de la UE

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Miliband, con Blair en una imagen de 2007.
Miliband, con Blair en una imagen de 2007.

"El Reino Unido debería adoptar, dar forma y dirigir la política exterior europea". Con estas palabras pronunciadas el pasado lunes, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, hacía oficialmente campaña por su mentor político, Tony Blair, para presidir la UE.

Sin embargo, no sabía (o sí) que estaba dando el primer paso para convertirse él mismo en la moneda de cambio que justificaría definitivamente el fracaso de la candidatura de Blair.

Y es que, mientras Miliband suena como uno de los máximos favoritos para hacerse con el puesto de Alto Representante de la UE para los Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad -que aúna los puestos de Javier Solana y la comisaria de Exteriores, Ferrero-Wagner y es vicepresidente de la Comisión- la candidatura de Blair se desvanece en favor de un candidato de perfil bajo de centro-derecha.

Terremoto laborista

Tal es así que algunos consideran la campaña de Miliband un movimiento maquiavélico para 'venderse' a sí mismo y de paso asegurarse su supervivencia política.

Durante años, David Miliband fue el cerebro del Nuevo Laborismo deTony Blair, al que sirvió lealmente hasta que su dimisión en favor de Gordon Brown le convirtió en el secretario del Foreign Office más joven en décadas.

Ahora Brown está en la cuerda floja, con una previsible derrota electoral en 2010. Y, de repente, mientras trataba de 'vender' la candidatura de Blair para presidir la UE se ha encontrado con que en Bruselas él interesa bastante más que su mentor.

La solución sería ideal para este hijo de un teórico marxista de origen polaco: cinco años en Bruselas cimentando una carrera internacional mientras su partido se hunde y de paso evita una lucha fraticida con su hermano Ed por la sucesión de Brown.

Las cuentas parecen claras: con una previsible hegemonía conservadora, Miliband podría centrarse durante cinco años en su carrera europea para volver por la puerta grande al Laborismo aún con recorrido, porque tendría menos de 50 años.

Miliband ha dicho varias veces que no quiere ese cargo y el primer ministro británico, Gordon Brown, también insistió en la conferencia de prensa que dieron ambos en Bruselas el jueves en que no está disponible, pero en política nunca hay un "no" definitivo.

Un puesto codiciado

Un país como Gran Bretaña puede aspirar a un cargo de peso en la nueva Europa resultante de la ratificación del tratado de Lisboa, pero el hecho de haberse excluido del espacio Schengen y de la zona del euro puede limitar sus opciones, algo que no ocurre con la cartera de Exteriores, donde pueden influir además las tradicionales buenas relaciones transatlánticas.

Miliband, cuyas brillantes credenciales diplomáticas pocos ponen en duda, tendría, es cierto, fuertes rivales potenciales en los partidos de izquierda como la ex ministra socialista francesa Elisabeth Guigou o el hasta hace poco ministro alemán de Exteriores Frank-Walter Steinmeier.

Pero el laborista británico tiene a su favor no sólo la experiencia de sus contactos con los gobiernos de otros continentes sino también el hecho de ser uno de los dirigentes políticos más eurófilos en un país donde mentar Bruselas es casi mentar al diablo.

Mientras, el perfil de presidente de la UE empieza a dibujarse: procedente de un país pequeño, hombre de consenso y sin mucho perfil político. Casi descartado Blair, también parece eliminado su principal rival 'federalista', el luxemburgués Juncker.

Así las cosas, otros 'tapados' como el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, o el ex canciller austríaco Schussel ganan puntos mientras la opción femenina no se descarta, con la irlandesa Robinson o la ex presidnta letona en cabeza.