Pagar la muerte por adelantado
- Dos de cada tres fallecidos en España tienen contratado un seguro de deceso
- El fin es evitar a los familiares las cargas que supone la muerte
- Se contrata en torno a los 50 años y suele heredarse de padres a hijos
"Para que los hijos no tengan que cargar conmigo". Es el argumento habitual y Adela, una jubilada de la periferia de Madrid, lo esgrime para justificar su "seguro de los muertos", casi una tradición en España que ni la crisis amenaza.
Si muchos españoles rendirán visita a sus fallecidos este domingo, otros muchos preparan ya su último viaje, que también acarrea unos costes que prefieren no trasladar a sus hijos, por lo que contratan este tipo de productos.
Adela explica que su marido y sus dos hijos están incluidos en el seguro, contratado hace más de diez años, aunque espera pagarlo aún bastante tiempo: "No quiero tener que utilizarlo todavía", comenta.
En la mitad de los hogares españoles
Los seguros de deceso pertenecen a lo que en el sector denominan ramos tradicionales, frente a seguros mucho más innovadores como el de automóviles. No son mayoría las compañías que lo ofrecen, aunque para algunas es parte esencial de su negocio como Santa Lucía u Ocaso en este ámbito, mientras que Mapfre ocupa el tercer lugar.
En cualquier caso, es uno de los más extendidos entre los españoles de más de 50 años. De hecho, los datos de Unespa, la patronal de las aseguradoras, revelan que en 2008 atendieron a casi 270.000 fallecidos, lo que supone que dos de cada tres personas que murieron ese año disponían de un seguro de deceso.
Si se compara con los seguros de vida atendidos, que apenas atendieron al 18% de los fallecidos (66.805 personas) en 2008, se aprecia mejor su penetración en los hogares españoles: casi la mitad -un 47,8%- tiene uno contratado.
De padres a hijos
No se trata, además, de un seguro muy costoso: se calcula que el gasto medio es de 3,6 euros por cada 1.000 de renta. Aunque depende de la compañía y de las coberturas, un seguro de decesos que incluya a cuatro personas y que cubra el traslado del cuerpo y un presupuesto de unos 1.000 euros para gastos de enterramiento o incineración tiene una prima de unos 30 euros mensuales.
Son pólizas que en muchos casos se contratan en familia: el tomador habitual suele ser una pareja, ambos de edad avanzada, que incluyen a hijos e incluso nietos en el seguro. Cuando el asegurado original fallezca, estos heredarán la cobertura, aunque se suelen renegociar las primas.
Entre las coberturas habituales se encuentran el traslado, si es necesario, del fallecido hasta le lugar donde va a ser enterrado o incinerado, así como los gastos del féretro, embalsamamiento, acondicionamiento del cadáver y en muchos casos, el servicio religioso. Sin embargo, no suelen incluir otros aspectos, como el nicho, que depende del Ayuntamiento, o las flores.
Por si alguien no ha sido previsor, existen incluso seguros destinados a mayores de 70 años, que, con el pago de una única prima de unos 1.300 euros, incluyen las coberturas básicas. Todo con tal de dejar bien preparado nuestro último viaje.