Varapalo de los republicanos, que barren a Obama en las elecciones locales
- Los demócratas pierden el gobernador de Nueva Jersey
- Obama se había jugado su capital político en este estado
- Un republicano moderado se convierte en gobernador de Virginia
- La división interna del partido pasa factura en un distrito de Nueva York
- Son las primeras elecciones desde que Obama alcanzara la presidencia
- El resultado es un primer termómetro de su liderazgo
Los republicanos han barrido en las elecciones locales celebradas ayer en Estados Unidos. El GOP, el Viejo Gran Partido, se ha hecho con los gobernadores de Virginia y Nueva Jersey. La guinda es la victoria de Michael Bloomberg, que repite por tercera vez como alcalde de Nueva York.
Es el peor resultado posible para el partido demócrata y supone un varapalo para Obama, justo cuando se cumple un año de su victoria electoral. La crisis económica, el paro y las reformas encalladas en el Congreso le han pasado factura.
Como señala el secretario general de los republicanos, Michael Steele, "cuando no se escucha, cuando no se tienen en cuenta las preocupaciones de la gente, ellos responden".
El triple revés es un termómetro de la gestión de Obama. Aunque la verdadera medida se tomará el año que viene, cuando se renueve un tercio del Senado, toda la Cámara de Representantes y buena parte de los gobernadores.
Nueva Jersey es la derrota más amarga
Obama había invertido su capital político en Nueva Jersey, un estado tradicionalmente demócrata. El Presidente había apoyado públicamente al candidato a gobernador de su partido, Jon Corzine. Hasta tres veces ha viajado para apoyar su campaña y las imágenes de Obama ilustraban la propaganda.
Por eso, la victoria en este estado del aspirante, Chirstopher Christie, supone el broche de oro para los republicanos. Es lo que les permite decir que han barrido y extrapolar los resultados a nivel nacional. Un aperitivo de lo que se avecina lo reconocía precisamente la Casa Blanca, tratando de restar importancia a una elecciones que insistía en calificar de locales.
Sin embargo, Virginia y Nueva Jersey han servido como indicadores de cambio político en al menos dos ocasiones. En 1993 adelantaron el resurgir de los republicanos a mitad de mandato de Clinton. Y más recientemente, en 2005, prepararon el terreno para el ascenso de los demócratas en el Senado y la Cámara Baja durante la presidenc.
Esta "ola de cambio" se suma a la caída que sufre el Presidente en las encuestas. La media que elabora Pollster refleja que Obama ha perdido la cota del 50% en respaldo popular.
Cambio en Virginia
La victoria republicana en Virginia era la más previsible. Su candidato a gobernador, Robert McDonnell, sacaba diez puntos de ventaja en los sondeos. No obstante, la extrapolación nacional del resultado es más cuestionable, ya que el candidato demócrata, Creigh Deeds, se había desmarcado de Obama. Su estrategia para ganar en las zonas rurales había sido atacar el creciente peso del gobierno federal.
McDonnell representa el ala moderada del partido. En esta campaña, se ha distanciado claramente de las posiciones más conservadoras que defendió otros años. Su victoria es otro toque de atención en un estado que votó por Obama el pasado 4 de noviembre.
Lucha entre republicanos conservadores y moderados
La rivalidad entre los sectores del partido republicano, conservadores y moderados, se ha puesto a prueba en una tercera contienda. El distrito 23 del estado de Nueva York ha votado republicano los últimos cien años. Pero la división interna parece que les ha arrebatado la victoria a manos de los demócratas.
De puertas adentro, el candidato conservador, Douglas Hoffman, se ha impuesto sobre la alternativa más moderada, Dede Scozzafava, que defiende el aborto y los derechos para los homosexuales. La ventaja de Hoffman supone un espaldarazo amargo para su promotores, como Sarah Palin, que abogan por volver a las raíces republicanas para recuperar la presidencia.