Enlaces accesibilidad

Cinco años después de su muerte, Arafat no tiene quien le siga

  • La retirada de Abás deja a Al Fatah huérfana de liderazgo
  • El presidente de la ANP asumió hace cinco años el puesto de Arafat
  • Desde entonces ha tenido la presión de Israel y Hamás
  • Su retirada deja sin posible sucesor al movimiento creado por Arafat
  • Hamás aparece como la gran beneficiada y ha prohibido los homenajes

Por
Quinto aniversario de la muerte de Arafat

Los palestinos conmemoran este viernes el quinto aniversario de la muerte de Yaser Arafat en plena crisis de liderazgo tras la decisión de su sucesor, Mahmud Abás, de no concurrir a las elecciones que ha convocado para principios de año.

Aparte de Abás, no hay otro dirigente palestino que reúna la capacidad y voluntad necesarias para convertirse en interlocutor de los israelíes y seguir la senda marcada por Arafat con la meta de poner fin a seis décadas de conflicto armado en Oriente Medio.

Tras el congreso que Al Fatah celebró el pasado verano en Belén, ningún líder de la conocida como "vieja guardia" del movimiento nacionalista de Arafat y Abás cuenta con la autoridad y el carisma suficientes para tomar el relevo del actual presidente palestino.

Abás, de 74 años, no impidió en el congreso que figuras históricas de su propia generación -que es la misma que la de Arafat- como Ahmed Qurea, fueran apartadas de la dirección de un movimiento en el que durante décadas controlaron el aparato.

Problemas con la "joven guardia"

En la llamada "joven guardia" -que en contraste de la "vieja guardia", forjada en el exilio, llegó a la dirección de Al Fatah desde el interior de los territorios ocupados-, los dos eventuales sustitutos arrastran cuentas pendientes que parecen insalvables.

El primero Maruan Barguti es el que concita mayor aprobación pero permanece encarcelado por Israel; el segundo, Mohamed Dahlan, tiene el respaldo de un puñado de incondicionales pero su fama de duro le descarta para un cargo desde el que se pretende el consenso.

Con este panorama en la facción nacionalista, el movimiento que se perfila como más beneficiado por el anuncio de Abas es el islamista de Hamás, que rechaza la negociación, no ha abandonado y prosigue la lucha armada, y se niega a reconocer la existencia del Estado judío.

Hamás, gran beneficiada

De hecho, Hamás ha lanzado una campaña de arrestos de miembros de Al-Fatah en Gaza, en vísperas de la conmemoración. La campaña se ha iniciado esta mañana, y sigue a la decisión del grupo islamista que controla la franja de impedir un año más la celebración de ceremonias masivas en recuerdo del histórico dirigente palestino, según denunciaron activistas de Al-Fatah.

Participe Hamás o no en las elecciones convocadas para el 24 de de enero -y por el momento es que no porque no reconoce legitimidad de Abas para llamar a las urnas-, un fortalecimiento del movimiento islamista dibujaría negros nubarrones en el horizonte.

Saeb Erekat, asesor de Abás, ha barajado esos presagios al advertir que, además de su renuncia a optar a un segundo mandato, el actual presidente palestino podría dimitir como máximo responsable de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) antes de los comicios.

Erekat ha precisado en un comunicado que ni la ANP ni la sociedad palestina tienen alternativa al liderazgo de Abás pero que en caso de que éste deje la presidencia con anterioridad a la cita electoral,  "Israel tendrá que vérselas con Hamas".

"Según la constitución, el presidente del parlamento, Aziz Dweik, (de Hamás) sería el presidente interino" (de la ANP), ha recordado.

La última vez que Israel lidió directamente con Hamas fue el pasado invierno en la franja de Gaza, donde en respuesta al lanzamiento de cohetes por los islamistas los ataques militares israelíes segaron la vida de 1.400 personas, en su mayoría civiles.

Llamamientos a Abás

Con llamadas telefónicas a Abás para que cambiara de opinión horas antes de que el viernes hiciera su anuncio, el jefe de Estado egipcio, Hosni Mubarak, y el Rey Abdala II de Jordania fueron los primeros en movilizarse para evitar que se repita ese escenario.

Diplomacias europeas, entre ellas la española, han adelantado que prestarán también sus buenos oficios en el empeño, y sectores nacionalistas y laicos palestinos han comenzado a organizar manifestaciones populares para que Abás revierta su decisión.

A la ola de llamamientos se han sumado los líderes israelíes; el jefe de Estado, Simón Peres, que también telefoneó a Abas para que no arrojara la toalla, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, que dejó saber que no ve otro posible interlocutor para la paz.

Ha sido, no obstante, la intransigencia de Israel lo que ha conducido a Abás a un callejón sin salida al negarse a frenar la expansión de sus colonias en territorio ocupado y a fijar la creación de un estado palestino como fin de cualquier negociación.