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"Nadie quiere investigar la muerte de Arafat", dice el nutricionista que le atendió

  • Este miércoles se cumplen cinco años desde que Arafat muriese
  • Asegura que fue envenenado porque su muerte "beneficiaba a mucha gente"
  • Se cuida de lanzar hipótesis rotundas o decir personas concretas
  • Considera que no se hicieron las pruebas necesarias para resolver la incógnita

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Yaser Arafat murió el 11 de noviembre de 2004, según el comunicado oficial de la Autoridad Nacional Palestina.
Yaser Arafat murió el 11 de noviembre de 2004, según el comunicado oficial de la Autoridad Nacional Palestina.

Ni Israel ni los líderes palestinos tienen interés en que se investiguen los todavía desconocidos motivos de la muerte hace este miércoles cinco años de Yaser Arafat, opina Said A. Assaf, un bioquímico y nutricionista encargado de prescribirle los alimentos cuando enfermó.

"Nadie quiere saber, ni los israelíes ni los palestinos. Ésta es la única razón por la que, nada menos que cinco años después, la muerte de Arafat siga siendo un misterio", asegura Assaf.

El investigador, quien dirigiera el extinto Centro Nacional Científico Arafat para Investigaciones Aplicadas, se cuida de lanzar hipótesis rotundas o de dirigir un dedo acusatorio hacia personas concretas, pero defiende que el mítico líder palestino fue envenenado porque su desaparición "beneficiaba a mucha gente".

"Como en cualquier parte del mundo, cuando desaparece el máximo líder, las personas de su alrededor se aprovechan de ello. Su muerte benefició a mucha gente que ahora tiene poder... pero prefiero no profundizar en este tema", agrega.

El informe médico no determinó los motivos

La muerte de Arafat, cuyo quinto aniversario se conmemora con actos oficiales y concentraciones en Gaza y Cisjordania, sigue envuelta en un halo de misterio, con teorías que van desde el envenenamiento (alimentario, por contacto físico o incluso a través de los oídos), el sida o una cirrosis no vinculada al alcohol.

El hospital militar de Percy (cerca de París), donde Arafat expiró tras dos semanas de permanecer ingresado, no contribuyó a frenar las especulaciones cuando en las 588 páginas de informe médico que entregó a la familia no determinó los motivos de la muerte más comentada en la calle palestina.

El centro médico no halló rastro de veneno conocido en el cadáver del fundador de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), pero Assaf considera que no se hicieron las pruebas necesarias para resolver la incógnita.

"Antes de su hospitalización, Abu Amar (pseudónimo de Arafat) perdía peso de una forma que he visto en animales en mi laboratorio cuando se les inoculaba veneno", apunta.

Doctor en bioquímica y nutrición, Assaf fue precisamente el encargado de prescribir alimentos al padre del nacionalismo palestino para que recobrase la vitalidad que le caracterizaba y asombraba a muchos de sus asesores.

El científico apunta además que en los últimos días de agonía de Arafat en Francia no se permitió a su médico de cabecera de toda la vida, el jordano Ashraf al Kurdi,  que lo revisara, lo que -a su juicio- sustenta aún más la tesis del envenenamiento.

El problema, argumenta, es que la opción del asesinato no ha sido realmente investigada, pese a que bastaría con "pedir a Suha Arafat (la viuda del rais) o a otros familiares" que facilitasen "algún resto de pelo o uñas que seguramente guardan o podrán obtener de alguna forma" para hacer un análisis bioquímico.

Pese a su convicción de que Arafat fue envenenado, Assaf critica el "globo sonda" lanzado el pasado julio por Faruk Kadumi, dirigente de Al Fatah marginado de la actual dirección, al acusar al presidente, Mahmud Abás, de haber participado en una supuesta conspiración para asesinar a su entonces superior, organizada por los servicios secretos israelíes.