"Hombres por la igualdad de género"
- Un grupo de hombres lucha contra la discriminación y favorece el cambio hacia posiciones igualitarias
- Es un movimiento que existe en España desde 1985
- No se sienten a gusto en el papel del hombre machista
En Primera Persona se emite en Radio Nacional los domingos de 7 a 8 de la mañana
Esta semana En Primera Persona nos unimos a un grupo de hombres que no se identifica con el estereotipo del hombre tradicional todavía vigente en nuestra sociedad. Pertenecen a la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género.
Reclaman poder actuar y ser libres, sin concesiones; poder llorar, hablar de sus sentimientos sin tapujos con otros hombres o cambiar los pañales a sus bebés sin que por ello se les catalogue como homosexuales, por ejemplo. Además tampoco se encuentran a gusto en el papel del hombre machista que ha de demostrar su virilidad.
Muchas de sus reivindicaciones coinciden con las del movimiento feminista que desde hace décadas ha abierto brecha a favor de las libertades de las mujeres a pesar de que, a primera vista, no vayan con ellos.
La liberación de la mujer también es la liberación del hombre en muchos casos. Como comentaba uno de los miembros de este grupo de hombres, "Aquello que las mujeres han pedido aparentemente para beneficiarse ellas, a nosotros no sólo no nos perjudica sino que también nos beneficia".
Este movimiento, existente en España desde 1985, lucha contra la discriminación y favorece el cambio de los hombres hacia posiciones igualitarias. Buscan una nueva forma de ser hombre, a través de nuevos modelos de masculinidad: positivos, respetuosos, igualitarios y más libres, dejando atrás el modelo tradicional masculino. Están presentes en toda España, tanto en Andalucía como en Cataluña, Cantabria o Canarias, entre otras Comunidades Autónomas.
Estos hombres luchan activamente por conseguir la igualdad que persiguen desde hace tanto tiempo. Prueba de ello son las manifestaciones que han organizado en contra del maltrato a la mujer, o la planchada y el cuidado a muñecos como si fueran sus propios bebés, realizados en la calle, para reivindicar que ellos también pueden. Y lo más importante, que ellos también quieren.