El capitán del Alakrana: "Teníamos miedo de que se echaran atrás en el último momento"
- Iker Galbarriatu explica que los han tenido "encañonados en todo momento"
- Llegaron a temer por su vida porque "se les podía cruzar el cable"
- Explica en RNE que cuando hablaban con las familias se hacían los "fuertes"
- El patrón, Ricardo Blach, dice que los piratas "se robaban entre ellos"
Ha sido una "experiencia muy dura" pero ahora están "tranquilos, muy tranquilos". El capitán del atunero Alakrana, liberado por los piratas somalíes este martes después de 47 días de secuestro, ha explicado que tenían "miedo de que en el último momento se echaran atrás" y no les soltaran.
Iker Galbarriatu ha relatado, en una entrevista de En Días Como Hoy, en RNE, que ha pasado todo el secuestro en el puente de mando con el patrón del Alakrana, donde los piratas los han tenido "en todo momento encañonados".
Con ellos había siempre al menos dos piratas que nunca han dejado de apuntarles con las armas. Apenas tenían cinco metros cuadrados para moverse. El resto de la tripulación estaba en la planta baja.
Miedo a que les mataran
Galbarriatu ha explicado que sí tenían miedo a que les mataran: "Piensas que no te van a matar porque se les acabaría el negocio, pero temes que te puedan salir por otro lado, que se les cruzara el cable" porque estaban "drogados y bebidos" todo el día. Ahora, explica, están "aliviados" como les trasmitieron a sus familias.
Los 36 tripulantes del atunero vasco navegan a toma máquina rumbo a las islas Seychelles. La ministra de Defensa, Carme Chacón, explicó que está previsto que lleguen a sus casas el sábado en una entrevista en el Telediario de TVE.
Chacón, al igual que otros miembros del Gobierno, eludió pronunciarse sobre si se había pagado rescate. Los piratas hablan de que han recibido más de dos millones de euros a cambio de liberar a los pescadores.
El capitán ha relatado que en el Alakrana llegó a haber más de 60 piratas en los momentos previos a la liberación. Los que habitualmente estaban en el barco con ellos eran una treintena.
Galbarriatu explica que la relación era "muy poca porque muy pocos hablaban inglés". Intentaban explicarse con gestos pero tampoco les entendían, incluso, para cosas tan simples como ir al baño.
"Cuando veían que te salías del guión, se ponían nerviosos y cogían las armas".
El capitán del Alakrana ha comentado que ha medida que pasaba el tiempo, los piratas que llevaban más tiempo en el barco estaban "más relajados", aunque "en ningún momento soltaban las armas".
Hacerse el fuerte ante las familias
A pesar de vivir momentos muy duros, Galbarriatu ha explicado que las pocas veces que podían hablar con las familias "trataban no de fingir, pero sí dar la apariencia de que estabas fuerte y con ánimo para no preocupar más a las familias".
Iker Galbarriatu explica que volverá a la mar a pescar porque "no le queda otra". "Esto es una lotería", ha dicho sobre los secuestros, "tienes que vivir con ello y si toca, toca".
Los piratas "se robaban entre ellos"
Por su parte, el patrón del Alakrana, Ricardo Blach, ha asegurado que los tripulantes se encuentran "bien" aunque "hay alguno tocadillo". Entre los 16 militares a bordo del atunero, se encuentra una ATS, "que va observando y cuidando a la gente que va un poquito enferma".
Según ha explicado Blach a Radio Euskadi, las horas previas a la liberación fueron de las más "tensas" debido a la presencia de hasta un total de 63 piratas.
Además, la noche anterior, se produjo "mucha pelea" entre los captores, porque subió a la embarcación "gente de tierra" y "se robaban entre ellos". "Empezaron a pelear, amenazándose con pistolas. Eso era muy habitual entre ellos", dijo.
Blach ha expresado su agradecimiento "a las familias, a los compañeros, amigos", además de a los medios de comunicación, al embajador de España en Kenia, al Gobierno, "por agilizar esta labor, que cada vez veíamos más difícil", y a la Audiencia Nacional.