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¿Por qué se extinguieron los ciervos gigantes?

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Hace decenas de miles de años vivió en Irlanda un ciervo gigante, el más grande que ha existido. La envergadura de su  cornamenta superaba los tres metros y medio y su cruz era de más de dos metros. El majestuoso ciervo desapareció de la faz de la tierra hace unos 11.000 años. Hasta ahora había sido un misterio lo que sucedió.

Un grupo de biólogos de la Universidad de Portland, en Estados Unidos, ha investigado en busca de una respuesta a la extinción del Megaloceros giganteus y han concluido que murió de hambre.

El paisaje pasó de ser un tupido bosque a uno similar al de la tundra

Por lo visto, el clima en el que estaba acostumbrado a vivir el gran ungulado cambió. Llegaron el frío y los vientos secos como consecuencia. El paisaje pasó de ser un tupido bosque y se volvió  similar al de la tundra.

La vegetación, o sea, el alimento era cada vez más escaso y las crías morían de frío y hambre. Nacían en primavera o a principios de verano cuando las temperaturas eran suaves, precisamente para no pasar frío y que sus padres tuvieran comida suficiente para lidiar con el gasto energético que supone alimentar a la cría.

Pero cuando cambió el clima, la primavera ya no era templada y no había comida. Un cambio demasiado acusado en muy poco tiempo. No pudieron adaptarse.

¿Culpa de los cuernos?

El estudio lo ha publicado la revista Paleogeografía, Paleoclimatología y Paleoecología. Pero hay otras teorías sobre la desaparición de este bonito animal. Una de ellas apunta como culpable a su gran cornamenta.

De acuerdo con esta hipótesis, las hembras elegían al macho que mayor cornamenta luciera, así que la selección natural favoreció la reproducción esos ejemplares. Y fue un éxito hasta que la cornamenta se hizo demasiado grande, tan grande que los ciervos dejaron de ser ágiles, cosa que en principio no importaba puesto que no había depredadores que esquiva. Pero llegó un momento, como decía, que una cornamenta tan grande y con tanto peso le volvió torpe. Y el ciervo gigante se quedaba atrapado en los suelos de arcilla propios del lugar donde vivía.