Rusia y la UE aparcan sus diferencias y avanzan en clima y comercio
- La crisis del gas y los derechos humanos, entre asuntos más difíciles
- Medvédev acepta recortar las emisiones de gases contaminantes un 25%
- Rusia elimina los visados para viajes de corta duración
- El intercambio de tecnologías y estudiantes, entre los acuerdos
La Unión Europea y Rusia han dejado a un lado sus diferencias y se han centrado en avanzar unidas en algunas de sus prioridades comunes, como la lucha contra el cambio climático y el impulso del comercio.
La XXIV cumbre UE-Rusia celebrada en Estocolmo este miércoles ha estado marcada por el pragmatismo de dos partes decididas a obtener resultados tangibles, a pesar de que varios asuntos, como la amenaza de una nueva crisis del gas y la situación de los derechos humanos en Rusia, siguen enturbiando sus relaciones.
Lo ha dejado claro el presidente ruso, Dmitri Medvédev, quien ha calificado el diálogo de "constructivo" y ha asegurado que no se permitió que "ningún tipo de emociones bloquease la cooperación".
Acuerdo sobre el cambio climático
Por sorpresa y sólo a un par de semanas de la cumbre sobre el clima de Copenhague, Rusia ha respondido en Estocolmo a las llamadas de Bruselas y se ha comprometido a ser más ambiciosa en la lucha contra el cambio climático.
Según ha explicado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, Medvédev ha aceptado recortar las emisiones de dióxido de carbono del país hasta un 25% respecto a los niveles de 1990.
Bruselas llegaba a la cumbre con la intención de dar un empujón a las negociaciones internacionales, por lo que un satisfecho Barroso ha considerado el mensaje de Moscú "muy esperanzador" de cara a lograr un acuerdo basado en "la ciencia" que permita que la temperatura del plantea no aumente por encima de los dos grados centígrados.
Además, Medvédev ha asegurado que, al igual que la UE, Rusia tiene el "objetivo de convencer a los colegas de otros países para que sean más serios", en referencia a las ofertas de recorte de emisiones de otras potencias, que Bruselas ve insuficientes.
Para el primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, la propuesta rusa es "importante para tener un acuerdo en Copenhague" e "importante en sí misma", pues se trata de uno de los países que emite más dióxido de carbono a la atmósfera.
La unidad mostrada respecto al cambio climático se dio también, aunque con matices, en el ámbito comercial, en el que las dos partes apostaron por una entrada rápida de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Europa ha respaldado una vez más el proceso de adhesión ruso, mientras que Medvédev ha tratado de tranquilizar a los líderes comunitarios sobre la unión aduanera de Rusia con Bielorrusia y Kazajistán, que entrará en vigor el próximo mes de enero.
Mejorar las relaciones comerciales
El pacto preocupaba en Europa por los retrasos que podría producir en la integración de Rusia en la OMC, pero el presidente ruso ha explicado que su prioridad es un ingreso rápido, ya sea junto a sus socios comerciales o en solitario, y ha garantizado que no supondrá una subida de aranceles para los productos europeos.
Para europeos y rusos, la cumbre de este miércoles ha supuesto también un paso adelante en las negociaciones para renovar el acuerdo por el que se rigen sus relaciones, que data de 1997, y ha sentado las bases de un gran pacto para el desarrollo económico.
Esa amplia iniciativa, propuesta por Barroso tras escuchar los recientes discursos modernizadores de Medvédev y aceptada por el presidente ruso, incluiría desde el intercambio de tecnologías y estudiantes hasta facilidades para las empresas, pasando por la eliminación de los visados para los viajes de corta duración.
Rusia y la UE, que cooperan actualmente en misiones internacionales como la que combate la piratería en el Índico, han acordado también un marco formal para gobernar esos proyectos, ha destacado el jefe de la diplomacia comunitaria, Javier Solana.
Mientras, la cumbre ha pasado prácticamente de puntillas sobre las principales tensiones entre las dos partes, aunque Reinfeldt no ha dudado en asegurar en rueda de prensa que la situación de los derechos humanos en Rusia es una "fuente de preocupación creciente".
El presidente ruso ha respondido simplemente que Moscú y la UE mantienen "diferencias" en este campo y ha abogado por tratar de "acercar posturas".
El ámbito energético, otro punto de conflicto, ha pasado prácticamente inadvertido, después de que el lunes se acordase crear un sistema de alerta temprana para intentar prevenir un nueva crisis del gas como la que dejó a varios países europeos sin suministro el pasado enero.