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La receta de los 'rollitos de invierno'

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La nieve no siempre es blanca, cae en copos y forma un manto blanco y esponjoso sobre la tierra. Existe la nieve rosa con sabor a sandía y también la nieve con forma de rollo.

Es un fenómeno raro, poco común. Para que suceda deben darse unas condiciones muy concretas. Tiene que nevar, por supuesto, y luego una combinación correcta de temperatura, humedad, terreno y velocidad del viento hace que la nieve se enrolle formando cilindros. Parecen huesos de santo colocados sobre un lecho de nieve.

Ingredientes meteorológicos

- Una superficie inclinada, como la ladera de una colina. Tiene que estar cubierta por una capa de hielo.

- Encima de ella, un manto de unos 2 centímetros de espesor de nieve en polvo y a una temperatura muy cercana al punto de fusión, a punto de derretirse.

- La temperatura del aire debe mantenerse entre los cero y 1 grados centígrados.

- La velocidad del viento debe ser de aproximadamente de unos 40 kilómetros por hora, es decir, lo suficientemente fuerte como para desplazar los rollitos pero no tan fuerte como para deshacerlos.

El efecto que produce es el siguiente: una pequeña ráfaga de aire levanta un poco nieve como lo hace una cuchara con un helado, que forma un pequeña viruta. Las sucesivas y repetidas ráfagas recogerán un poquito más de 'helado¿ (un poquito más de nieve) cada vez. Así hasta que forman un buen rollito.

El tamaño de los rollos suele ser de unos 30 ó 40 centímetros y a veces son huecos por dentro.

La mayoría de rollos de nieve documentados se han formado en las llanuras de América del Norte. Allí, el clima puede cambiar bruscamente debido a la confluencia de masas de aire frío y seco del ártico, con el cálido y húmedo aire del Golfo de México y se producen las condiciones adecuadas para la formación de los rollitos.

CIENCIA AL CUBO