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Mubarak y Peres insisten en el camino de la paz pero sin acercar posiciones

  • Los presidentes de Egipto e Israel creen que hay que reanudar negociaciones
  • Tercera vez en un año que tratan el proceso de paz entre israelíes y palestinos
  • Ambos dirigentes siguen manteniendo posturas muy alejadas

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EL PRESIDENTE ISRAELÍ SIMÓN PERES VISITA EL CAIRO
Peres y Mubarak comparecen en rueda de prensa tras su reunión en El Cairo.

Los presidentes de Israel y de Egipto, Simon Peres y Honsi Mubarak, han expresado este domingo la necesidad de reanudar las negociaciones de paz en Oriente Medio, pero las posiciones que han expresado no aportan cambios que permitan desbloquear el diálogo.

Peres y Mubarak se han reunido en El Cairo para hablar sobre el proceso de paz entre israelíes y palestinos, por tercera vez en algo más de un año. El último encuentro se produjo el pasado 7 de julio.

"No queremos perder ninguna oportunidad para la paz", ha afirmado Mubarak en una rueda de prensa compartda con Peres.

"El Gobierno israelí tiene la voluntad y está dispuesto a llegar a una solución de dos estados", ha afirmado por su parte el presidente de Israel.

Pero en sus declaraciones, Peres, que no tiene funciones ejecutivas en la administración israelí, no ha aportado una solución que permita el desbloqueo del diálogo, ligado a la decisión de Israel de seguir instalando asentamientos en territorios palestinos ocupados.

Cese de los asentamientos

El Gobierno de Benjamin Netanyahu sostiene que todos los asuntos deben ser resueltos en la mesa de negociaciones, mientras que los palestinos, apoyados por los países árabes, dicen que no se sentarán a conversar mientras no se detenga la instalación de asentamientos.

"Queremos primero el cese de los asentamientos en los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, y la reanudación de las negociaciones sobre todos los asuntos para conseguir una solución definitiva", ha afirmado Mubarak.

Su homólogo israelí, sin embargo, ha insistido en defender la postura de Jerusalén de que todo, incluidos los asentamientos, debe llevarse a la mesa de negociaciones, y que no deben existir condiciones previas que impidan reanudar el diálogo.

"El Gobierno israelí ha dicho lo siguiente: en el minuto en que comencemos a negociar no habrá nuevos asentamientos, no habrá confiscaciones de tierra, no habrá inversiones para nuevos asentamientos y serán desmantelados los asentamientos que fueron establecidos sin autorización", ha afirmado Peres.

Diálogo interrumpido

Los últimos esfuerzos por reanudar un diálogo impulsado por la Casa Blanca y que está interrumpido desde el año pasado se han visto frustrados ante la decisión de Israel de seguir instalando asentamientos en territorios ocupados en la guerra de 1967.

Peres se ha referido como un "tema marginal" la últimas decisiones de Israel de seguir construyendo nuevas colonias en territorios palestinos ocupados.

"Desafortunadamente, es un tema marginal el hecho de que algunos edificios de casas se hayan convertido en un tema central por las razones equivocadas", ha afirmado el presidente israelí.

"Mi respuesta es que, inclusive este tema, puede ser resuelto en negociaciones y acuerdos", ha añadido.

Rechazo a las soluciones temporales

Mubarak ha insistido en declaraciones anteriores, en las que expresó su rechazo a "soluciones temporales" y "fronteras temporales". "Hay oportunidades para la paz y hay que lograrla", ha recalcado el gobernante egipcio.

También ha salido en las conversaciones el tema de Jerusalén, ciudad que los palestinos quieren convertir en la capital de su futuro Estado y en la que Israel también está construyendo asentamientos judíos.

"He hablado con Peres de Jerusalén. No es sólo un problema palestino sino que le importa a todo el mundo musulmán. Si Israel no encuentra una solución, será el enemigo de todos los musulmanes del mundo", ha afirmado Mubarak.

Peres, por su lado, ha recalcado que "Jerusalén está bajo la soberanía israelí", pero ha recordado que su país, entre sus obligaciones como Estado, figura la de "respetar todas las religiones".

"Nos sentimos responsables por la seguridad de los lugares sagrados (en Jerusalén), y esperamos que nos respeten de la misma forma", ha agregado el jefe de Estado israelí, cuyas funciones son prácticamente ceremoniales.