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Uno de los desaparecidos en Egipto gritó que lo tenía difícil para escapar por la ventana del barco

  • Israel, uno de los desaparecidos, dijo que lo tenía difícil para salir por la ventana
  • "Ni el capitán ni la tripulación dieron la voz de alarma", afirman los supervivientes
  • "La tripulación nos seguía a nosotros, incluso intentaron quitarnos un salvavidas"
  • Los padres de los desaparecidos se quejan de la nula colaboración egipcia
  • Han pedido al presidente Zapatero ayuda para encontrar a sus hijos
  • Se quejan de que todavía no se sabe el lugar donde se ha hundido el barco

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Los supervivientes del naufragio de Egipto narran su experiencia

Los 12 supervivientes españoles del barco que ha naufragó el pasado jueves en el Mar Rojo han llegado al aeropuerto de Madrid Barajas desde Egipto, mientras que los padres de los dos desaparecidos han asegurado sentirse frustrados por la nula colaboración de las autoridades egipcias y, lo que es peor, sin esperanzas de encontrar a sus hijos.

Los doce turistas españoles que lograron salir de la embarcación a tiempo han presentado una denuncia en El Cairo. Insisten en que el barco navegaba escorado.

Los jóvenes valencianos Israel Pérez y María Lourdes González, de 33 años, continuan desaparecidos y sus compañeros desconocen si lograron salir del barco.

Así lo ha manifestado en Barajas, Antonio García, que ha detallado que alguien mantuvo unas palabras con "Israel y le dijo que lo tenía difícil para salir por la ventana, pero no sé si se quedaron dentro o fuera".

García ha asegurado que cuando el barco se hundió "no había mala mar" y ha reiterado que desde el primer momento el grupo dijo que la embarcación estaba mal, porque se escoraba hacia un lado.

"Nos dijeron que era porque tenía dos depósitos de agua, uno lleno y otro vacío, y cuando salimos del puerto esa misma noche se hundió", subrayó García y denunció que ni el capitán ni la tripulación dieron la voz de alarma.

"Todo fue muy rápido, en poco más de un minuto empezamos a salir de los camarotes. Las luces estaban apagadas, se oían gritos por todos lados. Nos dimos cuenta de que algo pasaba porque el barco estaba escorado y algunos se caían de la cama y los de abajo tenían el camarote lleno de agua", señaló.

Antonio García recordó que en unos segundos el barco se hundió y recalcó que el capitán fue el primero en abandonar la nave "dejando los motores en marcha".

"La tripulación nos seguía a nosotros, que hacíamos lo que podíamos, e intentaron quitarle a una chica el salvavidas", comentó, mientras recordaba que lograron hacerse con la barca de salvamento y una lancha neumática y dispararon bengalas.

Durante dos horas y media estuvieron en el agua y algunos comenzaron a sufrir hipotermia hasta que llegó un barco de rescate, que comenzó a trasladarles a la costa.

García criticó también la asistencia sanitaria en tierra y alabó la actuación del personal de la Embajada de España, que les ha facilitado ropa, medicinas y la documentación necesaria para regresar a Madrid, ya que han perdido todas sus pertenencias en el barco.

Once de los submarinistas se conocían a través del club de buceo de Javea Dolphins, que contrató el viaje con la agencia Turing Buceo de Granada, en la que también se apuntaron el vasco Gorka Rotaetxe y una pareja de catalanes. Rotaetxe ha pedido a las agencias que organizan estos viajes que pidan unas certificaciones mínimas para garantizar que los barcos están en buen estado, al recordar que todos los años hay un naufragio

"Son remotas las esperanzas"

"Después de tres días y a mil metros de profundidad aproximadamente, son remotas las esperanzas de vida", ha dicho Anastasio Pérez, padre de Israel Péres, desaparecido junto a su esposa María Lourdes González, después de que se hundiera el barco en el que viajaban con otros 12 turistas españoles.

Pedro González y Concepción Villaroya, padres de Maria Lourdes, y Apolonia Muñoz y Anastasio Pérez, padres de Israel Pérez, llegaron a Sharm el Sheij y se han reunido con autoridades de la Seguridad del Estado y la Policía Turística egipcias para conocer de primera mano el estado de las operaciones de búsqueda.

Enteros, pero con visibles expresiones de pesar en el rostro, han subrayado que las autoridades egipcias no les han contado más de lo que ya sabían antes de llegar a Sharm el Sheij.

No nos han dado nada, teníamos más por fuera de lo que nos han dicho

"No nos han dado nada, teníamos más por fuera de lo que nos han dicho", se queja Pedro González, que asegura que los equipos de rescate tampoco han sido capaces de precisar el lugar en el que se encuentra la embarcación.

Las operaciones de búsqueda son sólo superficiales

Sentados en una pequeña mesa de una sala de conferencias del hotel donde se hospedan, explican que, según las autoridades, continúan las operaciones de búsqueda, pero sólo en la superficie y a muy poca profundidad.

Además, ostensiblemente indignados, insisten en que tampoco les han podido precisar durante cuánto tiempo se prolongará esas operaciones.

Dicen, también, que han pedido ayuda al Gobierno español y que incluso han sugerido a las autoridades egipcias la posibilidad de traer de España equipos para localizar el barco, pero que los responsables locales no se han mostrado en absoluto cooperativos.

"Hemos pedido si se pude traer un radar desde España y han dado largas", dice Apolonia Muñoz, que comenta que ante cualquier sugerencia que les hacían la respuesta era invariable: "Hay que ir al Ministerio de Exteriores".

Asimismo han querido agradecer el apoyo de la embajada española en El Cairo, y especialmente la del representante consular, que en todo momento les ha acompañado y que se ha desplazado a Sharm el Sheij con ellos.

Han mantenido dos reuniones y después de escuchar la versión de las autoridades egipcias, que, al parecer, todavía no han determinado la causa del siniestro, creen que "tristemente" se volverán muy pronto a Valencia y, lo que es peor, con las manos vacías.