Aunque la India se vista de seda, mujer se queda
- Bajo los bellos saris se esconde una realidad: la discriminación de la mujer
- La India presume de venerar a sus mujeres pero las considera inferiores
- Muchas embarazadas abortan cuando saben que no es un niño
- Afortunadamente, con el desarrollo económico la situación está cambiando
"Salvo una ocasión especial tengo que estar a las 7 en casa. Nunca he pisado una discoteca ni he besado a un chico".
Si una joven de 22 años dijera esto en España, la sociedad pondría el grito en el cielo, pero Sophie Sing Rana vive en India (en el estado norte de Punjab) y asegura que es algo habitual en su país.
Sophie estudia su último año de Derecho en el estado norte de Punjab pero quiere ir a hacer un master a Londres, como hizo su hermano Sandeep. Es consciente de las limitaciones que tiene en la India como mujer y se enfada mucho cuando su madre dice: "mi hijo puede casarse dondequiera con una extranjera pero mi niña tiene que casarse con un indio en India".
Y es que, aunque la India presume de venerar a sus mujeres- incluso tiene una presidenta- en realidad las considera inferiores al hombre en casi todos los ámbitos. Allí, aunque la mujer se vista de seda, mujer se queda.
Discriminadas desde el nacimiento
En la India la discriminación hacia la mujer empieza antes de su nacimiento, explica Sumit Batheja, un joven que trabaja en la industria de Bollywood.
"Muchas mujeres abortan cuando están embarazadas de una niña e incluso lloran desconsoladas al saberlo". Por ello, los médicos en este país tienen prohibido revelar el sexo de los fetos, aunque se hace clandestinamente.
Según Sumit, lo lamentable es que sea la propia mujer la que permita y fomente esta práctica.
Se supone que el hombre es el encargado de perpetuar el legado familiar y dar solvencia económica a la familia, mientras que la mujer, en muchos casos, es vista como una carga.
Matrimonios de conveniencia
Luego viene la discriminación en las escuelas, mucho más acrecentada en las zonas rurales, ya que como bien señala Sandeep, el hermano de Sophie, el grado de desigualdad con la mujer depende de la zona, la religión y el status social de la familia.
No obstante, Sandeep considera que la discriminación existe en todas partes- en algunas zonas es más latente que en otras- y muestra su indignación calificando de patética la situación de la mujer en su país.
Ya en la Universidad, mujeres como Sophie no pueden decir que están saliendo con un chico.
"Las jóvenes indias no pueden hablar de sus relaciones, no pueden decir a la gente que quieren que están saliendo con un chico porque está mal visto", asegura Sumit Batheja.
Sophia comenta que una vez pillaron a una amiga suya viéndose a escondidas con un chico y como castigo sus padres la encerraron en casa durante mucho tiempo.
Además, las mujeres no pueden tener relaciones antes del matrimonio, mientras que en el caso del hombres se entendería como una 'necesidad humana'. Muchos de estos matrimonios son de conveniencia.
Como en los años 50
Sandeep cree que la llave para la equidad es la educación y aunque ve el futuro con optimismo opina que es terrible que la mujer esté condenada a aceptar lo que decida su familia.
Compara la India con la sociedad americana de los años 40-50, donde la mujer estaba relegada a las labores domésticas. "Se desaprovecha el talento de la mujer".
Por su parte, Sumit señala el desarrollo económico del país, que ahora sí necesita la ayuda de la mujer trabajadora, como posible solución. "Hoy en día no he visto que una mujer culta y educada sea discriminada", asegura.
Pero la igualdad tardará en generalizarse. La seda, las especias y las maravillas de la India que tanto encandilan a Occidente, cubren una realidad -terriblemente contradictoria- que no aparece en las guías de viaje.