Blair y Bush "firmaron con sangre" su pacto para invadir Irak en 2002
- El embajador de Reino Unido en Irak señala que se selló en el rancho de Bush
- Allí Blair le dió un apoyo sin condiciones al cambio de régimen en Irak
- Al día siguiente cambió el tono de su discurso sobre Sadam
- La reunión se produjo meses antes de que empezasen las inspecciones de la ONU
Tony Blair decidió unirse a las llamadas desde los Estados Unidos para el "cambio de régimen en Irak" durante una reunión con el entonces presidente norteamericano, George W. Bush en su rancho en 2002, según ha desvelado este jueves el embajador en Washington entre 1997 y 2003, Christopher Meyer, ante la comisión independiente que investiga la entrada de Reino Unido en el conflicto bélico.
El ex embajador, que suscitó controversia en varias ocasiones por criticar al gobierno de Blair, ha detallado que el encuentro celebrado en 2002 en Crawford supuso el "pacto de sangre" entre Bush y Blair para invadir Irak.
Para Meyer, que ha comparecido frente a los seis miembros de la comisión esta mañana, Blair podría haber influenciado más a Bush sin en vez de dar su visto bueno huibese puesto condiciones previas al apoyo, que se produjo seis meses antes de que el inspector de la ONU, Hans Blix, empezase a buscar las armas de destrucción masiva en Irak.
"Creo que podría haber cambiado la naturaleza de los planes de los americanos", ha considerado Meyer, que ha matizado que, aunque no puede dar detalles de lo que se habló en Crawford "no fueron a hablar de contención o de fortalecer las sanciones".
El discurso del cambio
La prueba es, a su juicio, que al día siguiente Blair pronunció un discurso en el que pedía un cambio de régimen en Bagdad. "Que yo sepa, podría estar equivocado, pero era la primera vez que Tony Blair habló de un cambio de régimen en público", ha recordado Meyer.
"Lo que él trataba de hacer es aprender las lecciones del 11 de septiembre y aplicarlas a la situación en Irak, lo que le llevó, deliberadamente en mi opinión, a fusionar la amenaza planteada por Osama bin Laden y Saddam Hussein ", ha argumentado.
"Cuando escuché eso, pensé que se había estrechado la alianza entre el Reino Unido y los Estados Unidos y que había un nuevo nivel de convergencia sobre el peligro que representa el Saddam Hussein ", ha detallado.
Sin embargo, Londres siguió tratando de persuadir a Washington para obtener la aprobación de la ONU antes de cualquier intervención en Irak, según ha confesado Meyer.
Estas palabras llegan después de que un alto representante del Foreign Office en aquellos días dijera que el Gobierno de Blair empezó a escuchar "tambores de guerra" de Estados Unidos contra Irak antes del 11-S y que otros dos representantes gubernamentales reconociesen que se sabía que Sadam no tenía vinculos con Al Qaeda y que no podía usar armas químicas.
Tony Blair debe testificar en persona ante el comité independiente a principios de 2010. El informe final de ese estudio, que examina la participación británica en Iraq entre 2001 y 2009, no se publicará hasta finales de 2010 como muy pronto.
La controvertida decisión de Tony Blair de participar en la invasión de Irak en 2003 sin la aprobación de las Naciones Unidas y a pesar de una opinión pública hostil en gran medida contribuyó a la causa de su salida de Downing Street en junio de 2007.