Los periódicos nacionales califican de "presión" y "estrategia de coacción" el editorial catalán
- Los diarios editados en Madrid critican el texto de los 12 periódicos catalanes
- El Mundo:"Imposible decir más falsedades con peor intención"
- Para El País, el editorial "puede en rigor describirse como una presión" al TC
- ABC apunta a la "irresponsabilidad de Zapatero" como causa última
- La Razón: Es "tan irresponsable como amenazar a un árbitro antes del partido"
"Presión al tribunal", "estrategia de coacción y deslegitimación" del Tribunal Constitucional, "burdo intento de presión". Éstos son sólo algunos de los calificativos que dedican los editoriales de los periódicos nacionales este viernes al editorial conjunto que el jueves publicaron 12 cabeceras catalanas en defensa del Estatut.
El Tribunal Constitucional lleva más de tres años para resolver el recurso de inconstitucionalidad que presentó el Partido Popular contra la ley autonómica. Entre los puntos más polémicos está la definición de Cataluña como "nación" en el preámbulo y la obligación de saber catalán.
El jueves los 12 rotativos alertaron de una sentencia contraria al texto y amenazaron con una "legítima respuesta" de la sociedad catalana. Ésta es la respuesta de los periódicos nacionales:
- El Mundo : La dignidad de los españoles (Incluidos al menos 2,7 millones de catalanes)
El periódico El Mundo afirma en su editorial que "lo importante" no es el "burdo intento de presión", ni los "significativos aplausos de Montilla y los nacionalistas", sino que los 12 periódicos catalanes dicen un "vademecum de disparates".
Para la cabecera de Pedro J. "resulta imposible decir más falsedades con peor intención en menos espacio" y recuerda que la Constitución de 1978 obtuvo un apoyo del 62% sobre el censo electoral, mientras que el Estatut sólo obtuvo un 36%.
En su editorial recuerda que la Carta Magna fija la existencia del Tribunal Constitucional "al que encomienda el examen de la constitucionalidad de las leyes (...) Esa es su función y si a alguien no le gusta, lo que tiene que hacer es proponer un cambio de la Constitución".
El Mundo acusa a los autores del editorial conjunto de los medios catalanes de ser "tan sectarios que llaman retrógrados a quienes no están de acuerdo con ellos".
Sobre la amenaza de una "legítima defensa" es un "eufemismo que revela el intento de coaccionar al Constitucional y de sacar a los catalanes de sus casillas. Hagan lo que hagan, ahora que se ha adherido al Barça, será un gol en propia meta".
- El País : El texto y su contexto
Después de "subrayar" que los 12 periódicos catalanes "ejercen el legítimo derecho a la libertad de expresión" con el editorial conjunto, afirma que "nos hallamos ante una iniciativa de carácter eminentemente político, destinada más a incidir en la realidad, e incluso a ejercer una especie de liderazgo de sustitución, que a describirla o valorarla.
Para El País "sembrar dudas" sobre el Tribunal Constitucional o "instar a los magistrados a respetar el pacto constitucional para así preservar 'el marco de convivencia español' (...) puede en rigor describirse como una presión al tribunal" lo mismo que las palabras de Montilla y otros líderes catalanes sobre la posibilidad de que desaparezca el término nación del preámbulo.
Sin embargo, para el periódico del grupo Prisa "menos honesto resulta escandalizarse ante estas advertencias y no hacer lo propio ante las injerencias mayores que protagonizó el PP tras interponer el recurso".
Las presiones que de ambos lados está recibiendo el Constitucional hace que esté en juego no sólo el texto autonómico sino el futuro el propio tribunal.
El hecho de que se pongan de acuerdo 12 cabeceras, debe llevar a la "reflexión" a aquellos que "aún se aferran al cliché de que los partidos catalanes no representan a la ciudadanía" o que intentan deslegitimar el estatuto por la baja participación en el referéndum.
En el "debe de los promotores" el editorial critica su "deslizamiento hacia el frentismo" al arrogarse "el monopolio de la catalanidad" y apelar a la "unanimidad política impropia de una sociedad moderna y compleja como es la catalana".
- ABC : La dignidad de la Constitución
El editorial del ABC califica de "estrategia de coacción y deslegitimación" el "inédito" editorial conjunto de los medios catalanes. El texto arranca en la portada con una viñeta de Mingote en la que se ve a Zapatero montado en una bicicleta pasando por un camino lleno de piedras y afirmando, sobre el estatut: "Esto sólo necesita un pequeño retoque".
El periódico de Vocento critica que el editorial catalán "no se conforme con impartir doctrina histórica y política" sino que incluya "la consabida amenaza de una 'legítima defensa' de la sociedad catalana".
ABC insta a los partidos nacionalistas que "aclaren cuál va a ser su respuesta" y afirma que es "evidente" que su problema "no es el TC, sino la Constitución misma, sea ésta cual sea" en referencia a la "violación" de la Constitución republicana de 1931 "con la creación en 1934 del Estado Catalán".
El editorial de ABC califica además de "cínico" que el "ultimátum" publicado se "refugie en un impostado constitucionalismo" y recuerda que las "reglas del juego" sólo se pueden cambiar "a través de la reforma de la Constitución".
La cabecera de Vocento acaba su editorial echando la culpa a Zapatero de esta "defensa del estatuto" que se "funda en la irresponsabilidad decisión" del presidente del Gobierno y del PSOE "de convertirlo en el precio de un pacto político entre la izquierda socialista y el nacionalismo catalán para evitar una nueva victoria de la derecha".
"Ese es monstruo creado por la ambición política"de Zapatero.
- La Razón : Respeto al TC y a las reglas de la democracia
La Razón asegura que la "excepcional iniciativa" de los periódicos catalanes "ha crispado todavía más el debate sobre la sentencia aún no dictada del Estatuto".
Reconoce "su derecho de utilizar esta fórmula" pero asegura que "debe primar en estas circunstancias el sosiego y el respeto más escrupuloso al trabajo" del Constitucional.
En su editorial, La Razón recuerda que la "presión, por momentos asfixiante" sobre los magistrados del TC se está ejerciendo también desde el mundo político.
Aunque "es cierto que tres años de deliberaciones han creado un caldo de cultivo propicio para la especulación, la conjetura y la filtración, no lo es menos que las injerencias políticas han dificultado extraordinariamente los esfuerzos y los intentos de los miembros del TC por alcanzar un dictamen definitivo".
"Arremeter contra el Alto Tribunal por una sentencia que aún no existe es tan irresponsable como amenazar al árbitro antes de empezar el partido por un presumible resultado adverso".