Alejandro vuelve al sonido Sanz
- En los ocho conciertos del Teatro Compac de Madrid, Sanz vuelve a sus raíces
- Y aun así, el local limita las posibilidades de un concierto del madrileño
- Con su nuevo álbum recupera las letras sencillas, sinceras y esperanzadas
La única concesión comercial de Paraíso Express, "Looking for paradise"
A las tablas del Teatro Compac de Madrid se ha subido esta semana el Alejandro Sanz letrista, el de las canciones de enredados sentimientos, sin tiempo para el sonido más comercial, lleno de notas íntimas.
Se ha subido el autor de Viviendo Deprisa, aquel veinteañero justito de voz en el que nadie creía, pero que sólo sabía componer.
Y aunque lo más seguro es que ninguno de sus ocho conciertos en el teatro madrileño vaya a pasar al elenco de sus mejores actuaciones, sus incondicionales han sacado algo en claro: Alejandro vuelve al sonido Sanz.
No tenía el corazón partío, lo tenía desganao. Desde que lanzara No es lo mismo se había olvidado de su sonido para adentrarse en retorcidos experimentos, donde nada sonaba a él. Y aunque aseguraba persistentemente que estaba en una etapa de fusión, siempre se le notó incómodo vestido de un traje que no era el suyo.
Tocó fondo con El tren de los momentos, donde cada nota era un suplicio, una auténtica agonía de dolor, de añoranza... Alejandro no estaba bien, la gente que le rodea no tenía problemas entonces, allá por 2007, en reconocerlo. Ni siquiera su directo convencía y muchos se preguntaban: ¿Dónde está? ¿Qué le pasa a Alejandro?
Sencillez, sinceridad, esperanza
Con su nuevo álbum, Paraíso Express, ha recuperado el instinto de las letras sencillas, cargadas de sinceridad, de esperanza. Ha regresado a las melodías más italianas, aquellas con las que consiguió convencer tanto en 3 como en Más.
Ha vuelto a escribir desde dentro hacia fuera, a reencontrarse con la ilusión de emocionar -y no sólo emocionarse a sí mismo-. "Desde cuando", "Sin que se note" o "Lola Soledad" son algunas de las herederas del sonido Sanz en esta nueva entrega.
“Sus fans no saben cómo comportarse en un concierto en un teatro“
Ni su público ni él están hechos para un concierto en un teatro. Él casi inmóvil, sobre un escenario de dimensiones ínfimas a las que no está habituado. Interactúa, pero poco. Sus fans tampoco saben cómo comportarse.
Se levantan para segundos después volver a sentarse, aplauden, gritan, se chistan..., no saben ver un concierto de su ídolo sentadas, sin empujones, desde una histeria contenida casi por obligación. El lugar lo merece. No es un concierto, tampoco un recital...
Un concierto con repertorio completo
Con sumo cuidado ha elegido el repertorio. Un par de temas de Viviendo Deprisa -vaya si subió la emoción en el patio de butacas cuando sonó "Se le apagó la luz"-, un buen surtido de 3 en la que no faltó "Mi soledad y yo" y echó el resto con los temas que rescató de su disco más exitoso Más: "Aquello que me diste", "Si hay dios" o "Amiga mía". Incluyó también "Corazón partío", casi sin querer, perdida hacia la mitad del concierto.
De Paraíso Express tocó todas, con gusto e impulsado por sus fans, que en sólo tres semanas desde que salió al mercado su nuevo trabajo han hecho ya suyas todas las letras.
Quizás la única concesión comercial que se ha permitido en este último álbum ha sido su primer single, "Looking for paradise", una canción con código de barras para ser instantáneamente consumida por la masa, carente de sabor, fácilmente digestible y en la que la única que se luce es Alicia Keys. Pero se equivoca aquél que valore el disco por su primera canción.