Un condenado por matar a su mujer podrá ver a sus hijos al no dejarles ver el crimen
- El Supremo ha rechazado imponerle el alejamiento de sus dos hijos
- La familia de la víctima, a la que asestó 40 puñaladas, lo había solicitado
- La sentencia dice que se advierte "el afecto que profesa a los dos hijos"
- Retiró de la estancia a uno de los hijos y lo llevó a la habitación de su hermana
- Teléfono de ayuda a las maltratadas: 016
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 23 años de prisión impuesta a un hombre por matar a su mujer y ha rechazado imponerle el alojamiento de sus hijos porque los retiró de la estancia donde cometió un crimen.
Así lo ha acordado la Sala de lo Penal, que asegura que a pesar de la autoría de su "horrenda acción", se advierte explícitamente "el afecto" que "personalmente aún profesa" a los dos hijos.
La resolución argumenta que además de evitar que los hijos vieran el crimen, llamó a su hermana con el único fin de "pedirle que fuera a recoger a los menores para evitar su presencia en un escenario tan dramático".
"Resulta evidente la ausencia de fundamento para acordar una pena accesoria que no persigue otra finalidad que la de la cautelosa protección de la víctima o de sus familiares frente a la animosidad que contra ellos pudiera aún mantener el autor del delito o, todo lo más, para evitar a aquellas el traumático encuentro con su agresor", añade la sentencia.
Mató a su mujer tras una discusión
Los hechos tuvieron lugar el 4 de febrero de 2006 cuando Rafael S. tuvo una discusión con su mujer en la vivienda en la que residían en la localidad de San José de la Rinconada (Sevilla).
Según señala la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado José Manuel Maza, el procesado entró en el dormitorio en el que dormían su mujer y su hijo varón, al que trasladó a la habitación de su hija.
Tras ello, se colocó a horcajadas sobre su esposa -que estaba boca arriba durmiendo- y le golpeó con una figura de bronce, momento en el que ésta se despertó y recibió más de cuarenta cuchilladas.
La Audiencia Provincial de Sevilla condenó al acusado a 23 años de prisión y le prohibió residir en San José de la Rinconada durante más de diez años, así como que indemnizara a sus dos hijos con 200.000 euros, lo que confirma el Supremo.
La acusación particular en nombre de la familia de la víctima reclamó al TS que se impusiera al acusado el citado alejamiento, a lo que no accede el Alto Tribunal, que sí acuerda que el condenado pague la mitad de las costas ocasionadas a dicha acusación.