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Chile vota entre la consolidación del reformismo progresista o la vuelta de los conservadores

  • Cuatro candidatos aspiran a suceder a Michelle Bachelet en la presidencia
  • El derechista Piñera es favorito pero parece que habrá segunda vuelta

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Los chilenos acuden a las urnas

Consolidar el reformismo progresista que impera en Latinoamérica o abrir la puerta a un Gobierno conservador. Ésa es la clave de las elecciones presidenciales de Chile, cuya primera vuelta se celebra este domingo.

Cuatro candidatos aspiran a suceder a la actual presidenta chilena, Michele Bachelet: el oficialista y ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, de Concentración; el empresario Sebastían Piñera, de la opositora Coalición por el Cambio; el independiente Marco Enríquez-Ominami; y el que fuera ministro de Salvador Allende y candidato de la izquierda extraparlamentaria Jorge Arrate.

Los sondeos indican que Piñera es el favorito, aunque parece difícil que pueda lograr la mayoría absoluta en esta primera vuelta. Todo hace pensar que será en la segunda vuelta, el 17 de enero, cuando se decida la presidencia.

Todo hace pensar que la presidencia se decidirá en la segunda vuelta, prevista para el 17 de enero

La duda reside en saber si el rival de Piñera en esa segunda vuelta será Frei o Marco Enríquez, entre quienes hay un margen estrecho no sólo en las encuestas sino también en sus planteamientos ideológicos.

En realidad, a excepción de Arrate -a quien los sondeos no dan opciones- los otros tres candidatos tienen numerosos puntos en común: los tres buscan el apoyo de las clases medias y populares y los tres prometen que tomarán lo mejor del legado de la Concentración, la coalición de partidos de centro e izquierda moderada que se ha mantenido en el poder durante los últimos 20 años.

Piñera, representante de una derecha renovada

El millonario Sebastián Piñera tiene en su mano la posibilidad de que la derecha acceda al poder de forma democrática después de 50 años. Para ello, tendría que lograr una victoria que se le resistió en 2005, cuando se enfrentó en la segunda vuelta a Bachelet. "Lejos de desmotivarme, esa experiencia me permitió volver con más ganas y fuerza", ha asegurado.

Su partido, Coalición por el Cambio, es un bloque de centro derecha que engloba desde militantes de la Democracia Cristiana -como el propio Piñera- hasta simpatizantes de la ultraconservadora Unión Democrática Independiente, próxima a sectores pinochetistas, incluyendo algunos disidentes de la Concertación y parlamentarios independientes.

Piñera, representante del centro derecha, es el favorito según las encuestas

Pero el empresario no es, ni mucho menos, un 'nostálgico' de la dictadura. Siempre ha condenado la violación de los derechos humanos que se llevó a cabo en época de Pinochet y en vida del dictador apoyó públicamente el 'No' durante la campaña del plesbicito sobre su continuidad en el poder.

Sebastían Piñera posee una gran fortuna personal valorada en mil millones de dólares y es accionista mayoritario de la aerolínea LAN, del canal de televisión Chilevisión y del equipo de fútbol Colo-Colo.

Para muchos de sus detractores, la "doble militancia" pública y empresarial es su gran talón de Aquiles, un conflicto de intereses que para él simplemente no existe.

Frei aspira a regresar al cargo

El candidato de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, aspira a regresar a un cargo que ya ocupó entre 1994 y 2000. Un hecho que ha sido objeto de crítica por parte de algunos analistas que consideran un signo de debilidad que el partido en el poder no haya sido capaz de encontrar caras nuevas para suceder a Bachelet.

Una de las dudas a resolver en estos comicios es cómo afectará en la carrera electoral de Frei la noticia, conocida esta semana, de que agentes de Pinochet fueron responsables en 1982 de la muerte de su padre, Eduardo Frei Montalva, ex presidente del país.

La bandera de Frei durante la campaña ha sido la propuesta de una nueva Constitución en sustitución de la vigente que, pese a las diferentes enmiendas, es la misma que impuso en 1980 el dictador Augusto Pinochet.

Frei, que fue presidente entre 1994 y 2000, ha prometido una nueva Constitución

"Seguimos con una Constitución que fue hecha en la época del miedo, hace 30 años; necesitamos una Constitución para las libertades, para terminar con la exclusión y la discriminación", ha asegurado el candidato durante su campaña.

Su programa también cuenta con otras propuestas de carácter social, como el matrimonio homosexual o la distribución gratuita de anticonceptivos de emergencia.

Ominami, el candidato revelación

El principal rival de Frei para acceder a la segunda vuelta -toda vez que Piñeiro parece contar con todas las posibilidades- es el candidato independiente Marco Enríquez-Ominami.

Hijo de Miguel Enríquez, un guerrillero muerto durante la dictadura, Ominami ha irrumpido con fuerza en la política chilena con un discurso renovador con el que aspira a romper la tradicional dicotomía entre izquierda y derecha.

El independiente Ominami ha irrumpido con fuerza como alternativa

Más conocido por su trabajo como cineasta que como diputado, tuvo que renunciar al Partido Socialista -uno de los cuatro que integran la Concertación- tras la negativa de celebrar primarias en esta formación, que apoyó directamente a Eduardo Frei.

Su imagen juvenil y desenfadada parecen haber calado en la política chilena que, según opina, "está secuestrada por un grupo de dirigentes cuyo norte es desbancar al vecino para mover la cerca unos centímetros".

Pase o no a la segunda vuelta, lo que nadie cuestiona es que Marco Enríquez-Ominami representa un fenómeno político inédito en un país donde el centro-izquierda y la derecha se han repartido las cotas de poder político sin sobresaltos durante los últimos 20 años.

Arrate, sin posibilidades

El cuarto aspirante es Jorge Arrate, candidato de la izquierda extraparlamentaria sin posibilidades de ganar pero con el objetivo de reinstalar un discurso "allendista" en el país.

"La única candidatura abierta y orgullosamente de izquierdas es la que yo represento", ha señalado.

Cabeza visible del pacto 'Junto Podemos', que aglutina al Partido Comunista, a la Izquierda Cristiana y a socialistas -como el propio Arrate- desencantados con la cúpula de su formación, su mejor aval son sus 40 años de trayectoria política, incluyendo su etapa como ministro de Minería durante el gobierno de Salvador Allende.

Jorge Arrate, ex ministro de Allende, se presenta como la única candidatura de izquierdas

Tras 14 años en el exilio, regresó a Chile en 1987 para incorporarse a los gobiernos de Patricio Aylwin y del propio Eduardo Frei.

Consciente de que no tiene posibilidades reales de alcanzar la presidencia, Arrate ha propuesto a Frei y a Ominami un pacto para frenar el avance de la derecha, ofrecimiento que ninguno de los dos ha aceptado públicamente.

Lo que parece más que probable es que, sea cual sea el candidato de centro izquierda que finalmente se enfrente a Piñera en la segunda vuelta, tendrá que contar con el apoyo de los otros representantes de este espectro político para evitar que la derecha regrese a la presidencia chilena medio siglo después.