Los koalas no siempre se han alimentado sólo de hojas de eucalipto
- Fósiles ancestrales de estos animales apuntan a una dieta más variada
- Los de entonces y los de hoy comparten el estilo de vida perezoso y sus bramidos
Los fragmentos de cráneo de koalas prehistóricos de los bosques de Riversleigh en Queensland (Australia) de hace millones de años sugieren que los antepasados de los koalas modernos no seguían una dieta exclusiva con hojas de eucalipto, según un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia que se publica en la revista 'The Journal of Vertebrate Paleontology'.
Los nuevos descubrimientos sugieren que estas dos especies de koalas del Mioceno ( el 'Litokoala kutjamarpensis' y el 'Nimiokoala greystanesi'), hace entre 24 y 5 millones de años, no seguían la dieta especializada en hojas de eucalipto. El cambio a la dieta basada sólo en el eucalipto de los koalas modernos fue una adaptación que vino probablemente derivada de la deriva de Australia hacia el norte, que produjo que sus bosques tropicales se retrajeran y el eucalipto se convirtiera en el árbol dominante de los bosques australianos.
Hojas duras, pobres y tóxicas
Los koalas modernos se encuentran entre los comedores de hojas arbóreas más grandes. Para mantener esta dieta basada en las hojas de eucalipto, pobres y tóxicas, los marsupiales desarrollaron adaptaciones anatómicas y fisiológicas únicas que incluían características digestivas y de masticación y un estilo de vida muy sedentario.
Las importantes diferencias entre los cráneos de los koalas extintos y los modernos, en especial en la región facial, están probablemente asociadas a los cambios a una dieta más dura de hojas de eucalipto. Las comparaciones revelan similitudes en la parte trasera del cráneo entre koalas ancestrales y modernos pero diferencias sustanciales en sus dientes, paladar y mandíbulas.
Igual de perezosos que los de ahora
Los restos fósiles sugieren que los antiguos y modernos koalas compartían el estilo de vida 'perezoso' de los koalas modernos ('Phascolarctos cinereus').
Los investigadores creen que los koalas prehistóricos también compartían con sus familiares modernos la capacidad de producir sus característicos bramidos con sus grandes prominencias óseas que contienen las estructuras del oído medio e interior. Sin embargo, en los koalas extintos estas estructuras no están tan exageradas como en los modernos.