La crisis aumenta los fraudes de los directivos
- KPMG apunta que la cuantía es menor que en tiempos de bonanza
- El directivo defraudador suele llevar dos años o más en la empresa
La crisis económica ha contribuido a aumentar el número de fraudes que cometen los directivos en sus empresas, aunque estas apropiaciones indebidas son de menor cuantía que las detectadas en épocas de bonanza financiera, según los datos facilitados por la consultora KPMG.
"Con la crisis hay más presión para alterar los estados financieros, justificar que la empresa va bien y mantener el puesto de trabajo, pero la oportunidad de cometer un gran fraude es mayor cuando las cosas van bien, porque se relajan los controles", explica el director de KPMG Forensics, Fernando Lacasa.
“Es más fácil cometer un gran fraude cuando las cosas van bien“
Este departamento se dedica a la prevención e investigación de fraudes y a prestar asistencia a las empresas como expertos independientes en conflictos judiciales y extrajudiciales.
Esta clase de delitos económicos se comete actualmente de forma generalizada en todo tipo de compañías y de sectores económicos, ya que, según Lacasa, "incluso las pequeñas empresas disponen de estructura para ocultar el dinero".
La mitad por falta de control interno
En casi la mitad de los casos, el fraude se comete por falta de controles internos en la empresa. En el 55% de las apropiaciones indebidas descubiertas, no existía ninguna sospecha previa, y en el 21% había indicios de delito, pero la empresa no había tomado cartas en el asunto.
Estos casos suelen detectarse por denuncias anónimas y revisiones de la dirección; sólo en una mínima parte -aproximadamente el 10%- son descubiertos por los controles internos en la empresa o las sospechas de un superior -9% de los casos-.
Menos de 10 millones de euros
El perfil del directivo defraudador en España es el de un trabajador que lleva más de dos años en la empresa, habitualmente en los departamentos de finanzas y ventas, y que suele actuar en solitario y repetidas veces, durante varios años, apropiándose indebidamente de cantidades que no suelen sobrepasar los 10 millones de euros.
Cuanto más tiempo lleve ese directivo en la empresa, es más probable que cometa fraude, porque conoce los entresijos del funcionamiento de la empresa y ha aprendido a burlar los controles internos.